Fuente: Arrecife, capital de Lanzarote
Por José Manuel Clar
En las Fuerzas Armadas, tanto ayer como hoy, es habitual que las Autoridades o Mandos militares realicen visitas de inspección a las Unidades de los Ejércitos para comprobar el grado de adiestramiento de las tropas y estado del armamento, material, equipo e instalaciones.
En los siglos pasados estas visitas a los regimientos de Milicias de Canarias eran efectuadas por el Comandante General del Archipiélago (Capitán General), o por una autoridad militar delegada por el mismo que recibía el nombre de Inspector de Milicias. Estas visitas, de carácter periódico, consistían en la reunión o asamblea del Regimiento de Milicias de Lanzarote q con todos sus efectivos —-Mandos y Milicianos— armamento, banderas, tambores y pífanos (Banda), municiones, material, etc., en un lugar o paraje determinado (normalmente en una plaza o allanada), para ser revisado por el Inspector, quien además presenciaba algunos ejercicios de instrucción, desfiles, etc., con el fin de examinar y comprobar el grado de instrucción del Regimiento.
El 18 de abril de 1 836 se reunió una comisión de urgencia del Ayuntamiento de Teguise para tratar un asunto de sumo interés para el pueblo relacionado con una visita de inspección anunciada al Regimiento, «Que teniendo entendido este Ayuntamiento —así se hacía constar en el Libro Capitular— que el Señor Jefe de Inspección que ha de pasar la revista del Regimiento Provincial de esta Isla, piensa verificarlo en el Puerto del Arrecife y que se pretende que aquel punto sea la cabeza del citado Regimiento, fundado en que allí reside el Gobierno Militar y la mayoría 46 del citado Cuerpo, teniendo también entendido este Ayuntamiento que la determinación del expresado Sr. Jefe de inspección dimana de equivocados informes que le habrán presentado sobre la localidad de esta capital y la comodidad de los Milicianos para verificar en ella sus reuniones y asambleas; y con¬siderando este Ayuntamiento ser una de sus atribuciones reclamar, defender y sostener los derechos y prerrogativas del Pueblo que representa sin permitir que sean alterados por no ser conforme a la voluntad de su S.M., acordaron se haga presente al expresado Sr. Jefe de Inspección en los términos decorosos que corresponde y acostumbra esta Corporación.,,» y sigue con una larga exposición de motivos por los que Teguise es el lugar idóneo para efectuar estas revistas; entre otros: «Hallarse situado en el centro de la isla y tener más población, plazas para formaciones, agua, alojamientos para las tropas, etc. que el Puerto del Arrecife» 47, «De todo lo expuesto —finaliza el acuerdo municipal-— se mandó pasar testimonio al Sr. Inspector de Milicias para que juzgue con la imparcialidad y justicia que consagra a su honrosa misión”.
Al escrito del Ayuntamiento de Teguise contestó desde el Puerto del Arrecife, donde ya se hallaba el Inspector de Milicias, General D. Antonio Moreno, con un oficio de fecha 19 de abril de 1836, en el que se decía lo siguiente:
“He visto el acuerdo del Muy ilustre Ayuntamiento de esa Villa de Teguise que Vd. se sirve remitirme con fecha diez y nueve del corriente, por el que reclama que la reunión del Regimiento de Lanzarote para la revista de Inspección que voy a pasar se verifique en ella y no en el Puerto del Arrecife.
No es de mi incumbencia ni de mi autoridad el mezclarme en examinar las razones con que uno y otro pueblo aspira a ser capital del expresado Regimiento. Pero en el caso que me hallo, no puedo tomar otro partido, en obsequio de la brevedad y en bien del servicio que pasarla en este Puerto.
A poco de mi arribo a esta Isla he recibido un oficio del Exento. Sr. Comodante General para trasladarme inmediatamente a la Plaza de Santa Cruz con el objeto de encargarme de la Comandancia General de la Provincia por hallarse Su Excelen¬cia llamado a la Corte, Para que la reunión del Cuerpo pudiese verificarse en esa Villa sería necesario transportarme a ella siempre que lo verifique el Coronel, el Ayudante mayor, las banderas, las oficinas y todos los demás enseres propios del regimiento, lo que causaría algunos días de demora y entorpecería el cumplimiento de la extraordinaria Soberana disposición. Además de lo expuesto es preciso que Vd. haga entender a esa Corporación, que yo no vengo sólo a ver maniobrar el Regimiento, que mi principal misión es residenciar al Coronel, al Ayudante mayor, examinar las oficinas, los cuarteles, el armamento, pertrechos y municiones, y todo cuanto pertenezca al estado actual del mismo Cuerpo, que todos estos objetos los encuentro en el Arrecife. Que el Coronel, como Gobernador de la Isla me ha mostrado una Real orden por la que S.M. manda establecer su residencia en el Puerto, del cual no puedo separarle por no estar en mis atribuciones. Que el Excmo. Sr. D, Francisco Tomás Morales, pasó aquí la revista de inspección, y que posteriormente por comisión suya el actual Coronel don Buenaventura del Campo, pasó otra revista aquí. Y al mismo tiempo se servirá usted manifestar a esa Municipalidad que me es muy sensible no conocer a esa leal Villa de quien tengo los más brillantes antecedentes de cuyo gusto me priva la premura y circunstancias en que tengo que desempeñar mi comisión, pero que puede contar con mi sincero afecto y con la disposición en que me hallo de hacer en su obsequio cuanto dependa de mi arbitrio y facultades» 48.
Las razones expuestas por el General inspector son bien claras y no dejan lugar a dudas. Sin embargo, la Corporación Municipal teguiseña persistía en porfiarle sus derechos afirmando y dejando constancia escrita en Acta de un pleno municipal que en la Villa radicaba la cabecera del Regimiento: «{..,} no obstante haberle demostrado en el cita Jo acuerdo que esta Villa era la capi¬tal del expresado Cuerpo…» 49,
Historia de Teguise 