Francisco Hernández Delgado -1998
Vivimos en una sociedad, en la que no sabemos si los jóvenes caminan demasiado deprisa o los padres estamos anclados en los viejos valores que nos impiden caminar a su ritmo. ,
La realidad es que nuestros pueblos han transformado los valores de sus habitantes de tal forma que las costumbres y tradiciones familiares nos confunden.
No queremos decir que sean mejores o peores que antes, pero desde luego son distintas.