Las hermanas María del Rosario y Petra de Los Dolores Cruz Bello de Teseguite

Por Francisco Hernández Delgado. Cronista Oficial de Teguise

Teseguite, nacida a la sombra del Castillo de Santa Bárbara, cuna en un principio de los esclavos moros traídos para trabajar en las tierras y propiedades de los Señores de la isla.
Motivados por sus propias vivencias, de esclavos cristianizados, decidieron levantar su ermita en honor a San Leandro.
En este pueblo de Teseguite, tuvo lugar el 8 de mayo de 1919, el llamado crimen de Teseguite.
Un suceso que conmovió a toda la isla, y que con el tiempo puso al descubierto los entresijos y manipulaciones de los que de alguna manera movían los hilos de la sociedad conejera.
Para entender la situación política de nuestra isla en aquella época, digamos que ya desde el año 1900, se denuncia en el congreso de la Nación las series de atropellos que tienen lugar en Lanzarote en las elecciones a diputados, estos acontecimientos los denuncian los dos diputados Alonso Bayón y Baldomero Argente.


La prensa denunciaba la compra de votos y que incluso los que estaban obligados a asegurar la libre emisión del sufragio, hacían peña para impedir la elección del diputado que consideraban contrario, que en aquella ocasión era el vecino de Teguise don José Betancort Cabrera, nuestro Ángel Guerra,
Los protagonistas de estos lamentables hechos, jugaron un papel importante en el juicio y posterior ingreso en prisión de Petra Cruz.
Volviendo al inicio de la historia, en aquel ocho de mayo de mil novecientos diecinueve, Marcos Concepción Pérez, Luis Hernández Pacheco y Tomás Valiente Morales, llegaban a casa de María del Rosario Cruz Bello, allí tenía su tienda y allí fue degollada.
El cadáver fue descubierto por el vecino del Mojón, Pedro Barrera.
Desde un primer momento, ciertos ilustres apellidos trabajaron para que las sospechas recayeran en tres personas inocentes, Tomás Robayna Alpuin, Flora Betancort Barreto y Petra de los Dolores Cruz Bello, especialmente en esta última, pues los que valiéndose de personas conocidas en los pueblos, estaban acostumbrados a la compra de votos y otras triquiñuelas para ganar las elecciones a Diputado, la consideraban una enemiga para sus intereses.
Petra se había casado con un señor de la Palmas de apellido Falcón, con quien tuvo dos hijos, Nazareno y María de Las Nieves, que se fueron para Argentina con su padre cuando se separó de Petra*
Hace unos años nos visitó la familia de Nazareno Falcón Cruz, que venían buscando datos de su familia, los pusimos en contacto con el amigo y vecino de Teseguite Francisco Cabrera.
Estos familiares de Petra nos dejaron una copia de la carta que en 1936, Nazareno escribió a Hermenegilda Cruz Bello, hermana de Petra, entre otras cosas le decía,
Tía esta es para hacerle presenta y darnos por conocidos como que usted tiene un sobrino y una sobrina que no la conocemos ni nos conoce pero hoy me apresto a saber y darnos por conocidos, que somos hijos de una hermana que ya hoy pudre la tierra y esa hermana es Petra….. Tía mi nombre es Nazareno Falcón Cruz y el de mi hermana María de la Luz Facón Cruz, hijos de su hermana Petra Cruz Bello, yo me casé, mi hermana queda soltera vive con una tía por parte de mi padre….
Petra, defendía el derecho a votar libremente, sin engaños, era una mujer liberal que por su forma de pensar, se ganó algunos enemigos y enemistades familiares, votó siempre en contra de los considerados caciques de Lanzarote, por lo tanto aquellos falsos protagonistas de la honesta historia de Lanzarote la encontraron como una candidata especial para declararla culpable.
La detención y encarcelación de Petra, y las terribles vivencias ocurridas en la Cárcel de Arrecife y Las Palmas, ponen los pelos de punta a cualquier vecino.
Le tiraban, orines, basura, cientos de vejaciones y humillaciones, fue violada, le pegaban, tuvo un hijo que después de llevarlo a un hospicio nunca se supo nada más.
Los sufrimientos la volvieron loca, se dice que a pesar del sufrimiento y el estado en que estaba siempre clamaba por sus hijos, y cuando su débil cuerpo apagó los hilos de su existencia, murió colgada con argollas cogidas a la pared. Fue enterrada en la fosa común del cementerio de Tafira.
Su muerte hizo vibrar el corazón de los que siempre habían defendido su inocencia y reclamaron que se hiciera justicia. Que se buscara a los verdaderos asesinos, y sería el 9 de mayo de 1924, cuando se hace pública la
«Sentencia absolutoria con toda clase de rehabilitaciones»
En 1927 se reabre el sumario, y fueron detenidos Tomas Valiente Morales y Marcos Concepción Pérez, no así a Luis Hernández Pacheco que se había marchado para Argentina.
Pero su estancia en la cárcel duró poco, pues el 14 de abril de 1928, fueron indultados.

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