La familia Herrera

Fuente: Lanzarote. Apuntes para su historia
Por José Manuel Clar

Resultaría imposible hablar de la historia de Lanzarote del castillo de Santa Bárbara, de la Villa de Teguise y de las distintas incursiones de piratas y enemigos de España que sufrió la isla durante los siglos XVI, XVII, XVIII, si nos olvidáramos del marqués de Lanzarote, don Agustín de Herrera y Rojas, de sus ascendientes y descendientes, ya que los Herrera están íntimamente vinculados a este período que estamos describiendo.


Así pues, la ilustre familia de los Herrera, que tantas páginas han llenado en la historia del Archipiélago Canario en general, y en particular en la de Lanzarote, se inicia con don Diego García de Herrera, que por su matrimonio con doña Inés Peraza de las Casas, heredan, en 1452, el Señorío de las Canarias.
De todos los miembros de esta familia vamos a centrarnos sólo en la línea que ostenta el título de marqués de Lanzarote, que comienza en el año 1537 con el nacimiento de don Agustín de Herrera y Rojas, quién obtendría el marquesado sobre la isla de Lanzarote en 1584, extinguiéndose con el descendiente también llamado don Agustín de Herrera y Rojas, tercer marqués de Lanzarote, la línea agnada legítima del primer marqués, al fallecer en 1632, a los siete años de edad.
Los orígenes de esta familia comienzan al fallecer don Diego García de Herrera y su esposa doña Inés Peraza de las Casas, los cuales, repartieron en 1485 su Señorío sobre las Canarias de la siguiente forma:
 A don Pedro García de Herrera, hijo primogénito, se le desheredó por desavenencias con sus padres.
 A don Fernán Peraza «El Joven», se le adjudicó el Seño¬río sobre las islas de La Gomera y El Hierro, heredando el título de conde de La Gomera.
 Don Sancho de Herrera «El Viejo», doña María de Ayala y doña Constanza Sarmiento, heredan las islas de Lanzarote, Fuerteventura e islas menores, divididas, por disposición testamentaria, en doce partes, de las cuales obtuvieron: Sancho de Herrera, cinco doceavas partes; su hermana María Ayala, cuatro doceavas partes, y su otra hermana Constanza Sarmiento, las tres doceavas partes restantes. Sin embargo, a pesar del reparto de las rentas y productos de estas islas entre los tres hermanos, en la práctica el gobierno de la isla o Estado de Fuerteventura correspondió a don Pedro Fernández de Saavedra, esposo de doña Constanza Sarmiento, y el de Lanzarote, Alegranza, Graciosa, Lobos, Santa Clara y Roque del Este, a don Sancho de Herrera.
Don Sancho de Herrera, llamado «El Viejo», casó con doña Violante de Cervantes, sin que este matrimonio tuviera suce¬sión. Pero sí la tuvo de su unión amorosa con doña Catalina da Fra, nieta del que fuera rey de Lanzarote, Guadarfía, de quien concibió a doña Constanza Sarmiento de Herrera y Rojas, que heredó el Estado de Lanzarote a la muerte de su padre, en 1534.
Esta hija natural, doña Constanza, casó con su primo hermano don Pedro Fernández de Saavedra «El Mozo», señor de Fuerteventura, el cual murió en 1545 en una incursión a Berbería (Marruecos) luchando contra los moros, dejando como heredero a su hijo don Agustín de Herrera y Rojas, y fuera de matrimonio a don Diego Sarmiento, declarado como hijo bastardo.

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