Por: M.L.Fika Hernando, M.C. Chas Barbeito, M.P. Martínez Rodríguez, T. Ortíz Martínez,
J. Bravo Martínez, M.A. Suárez Robaina
El archipiélago canario cuenta con una gran tradición curanderil. Las dificultades de comunicación a que han tenido que hacer frente los pobladores de las islas junto con las oleadas de inmigrantes llegados de tierras lejanas, han impulsado el desarrollo de una medicina popular que hunde sus raíces en la cultura autóctona contagiada de elementos rituales que han ido acoplándose hasta alcanzar una perfecta simbiosis. El resultado está a la vista. Porque el curandero canario aparece revestido en muchos casos del hábito del santón y del brujo. De una brujería blanca, con sabor a folklore, sumida en el marco incomparable de estas tierras áridas coronadas por los volcanes.