Fuente: El norte – Volumen 1- 1994
Hay testimonios de su existencia desde principios del siglo XVII, fecha que coincide con la edad de su ermita dedicada a San Sebastián. En el siglo XIX el caserío de El Mojón vivió su época de mayor esplendor, llegando a tener cuarenta dromedarios, todo un signo de riqueza y poder. Desde principios de este siglo comienza su decadencia con el abandono de la agricultura por parte de los jóvenes que se trasladan a la capital o a los núcleos urbanos con más alternativas.