Pregón de Nazaret 2019

Pregón de las Fiestas de Nazaret
Nazaret  2019

POR CARMEN GUZMÁN CERILLO

 

Buenas noches a todos. Gracias por estar ahí sentaditos para oír el pregón de este año que como ven me lo propusieron a mí y me lo tomo como un gran humor. Ahora mismo de lo que tengo ganas es de salir corriendo pero como hoy me he puesto tacones y no estoy acostumbrada, mejor respiro hondo y empiezo.

Como no soy de aquí aunque mañana hará 33 años que llegué, voy a contarles como fue mi primera toma de contacto y mis vivencias en esta isla tan maravillosa por su belleza y por su gente. No renegaré nunca de mi sangre andaluza pero aquí he vivido, he reído, he llorado y he formado mi familia.

Los comienzos fueron muy duros pero hoy estoy completamente integrada en vuestra cultura y vuestras costumbres. Yo me considero una conejera salerosa.

Nací en Francia y allí estuve hasta los 15 años que mis padres decidieron volver a su tierra, Coín, un pueblo de la provincia de Málaga. A los tres meses de volver a sus raíces, mi padre falleció y nos quedamos mi madre, mi hermano pequeño y yo. Mis dos hermanas mayores tenían su vida en Francia y allí se quedaron.

Enseguida conocí a Toni ya éramos vecinos y me enamoré ¡qué bonito es el amor!

A los 3 años de vivir allí, un buen día llegaron Alicia y Felo a visitar a su familia. Por si alguien no lo sabe Alicia y Toni son primos. Nos contaron un poco de la vida aquí y que la isla estaba en pleno auge, había mucho y se ganaba bien. Decidió venirse unos días a ver si había futuro aquí, volvió a recoger sus cosas y se vino a buscar trabajo con la intención de que yo me viniera cuando estuviese instalado. La despedida debió de ser muy romántica porque quedé embarazada, no estaba previsto pero pasó ¡Qué bonito es el amor!

El día 2 de agosto del 86 cogí el avión con todas mis pertenencias y aterricé en Lanzarote. También quiero contar que el avión entablé conversación con el hombre que estaba a mi lado. Me preguntó a que parte va de la isla iba y le contesté que a la Caleta, era lo único que sabía de la isla, la Caleta, donde iba a vivir de momento. ¿Caleta Caballo o Caleta Famara? pues ni idea, qué más daba Mi novio venía a buscarme y ya sabría él.

En la puerta de salida, la gente empezó a dispersarse entre besos y abrazos de sus familiares y amigos y poco a poco me fui quedando sola, ¡Sola! Como un alma en pena y con mis maletas, miré a todas partes buscando a Toni, pero no estaba. Triste, abatida, asustada, me fui a sentar en un banco. ¡Qué bonito es el amor!

No tenía dirección de nadie, ni teléfono, ni habían móviles en esos tiempos, así es que esperé, esperé, esperé…….

A las 2h 30 lo vi llegar corriendo y preguntar al guardia de seguridad a qué hora llegaba el avión de Málaga. La explicación que me dio fue que estaba jugando a la bola y se olvidó. Dura competencia iba a tener yo con ese teleclub. ¡Qué bonito es el amor!

A día de hoy todavía no se lo he perdonado.

Al primer sitio que me llevó fue, como no, al teleclub. Como era en agosto estaban en plena fiesta y esta estaba lleno de gente. Me presentó a muchas personas, (si ese día alguien me recuerda muy sería, ya saben el motivo).

¡Qué nombres más raros tenían la gente aquí! Agapito, Gervasio, Higinio, Feliciano, Amador,….Allí todos era Juan, Pepe, Paco,…. Eso me chocó mucho.

Toni había alquilado un apartamento para nosotros en la Caleta pero su familia nos ofreció quedarnos en la casa del abuelo Víctor para así ahorrar más y poder fabricar nuestra casa.

Se lo agradecimos mucho porque lo hicieron para ayudarnos pero eso no quita que la casa fuese precisamente muy cómoda.

No tenía agua corriente así que tuve que aprender enseguida las palabras, aljibe, balde, guindar. Primeras palabras del léxico canario. Yo supongo que la mayoría de la gente no vivía en esas condiciones pero a nosotros nos tocó vivir así durante dos años. Lavaba la ropa en un barreño, de rodillas, en medio bloque dentro y le preparaba el bolso a Toni de madrugada en cuclillas en una silla porque los ratones corrían a sus anchas por la cocina. Fueron tiempos muy duros para mí porque yo venía del piso de mi madre donde había grifos por donde salía agua, un cuarto de baño y todas las comodidades cubiertas. No sabía que todavía se podía vivir en esas condiciones. El choque de la cultura fue brutal. En los tres años que viví en Andalucía me tuve que acostumbrar a la forma de vivir en España, y después aquí. Si casi no sabía todavía quien era la Pantoja, o Manolo Escobar y encima aquí con muchas palabras canarias que no había oído nunca.

El ojo era ñoss

Una mejilla era un pizco

Las patatas eran papas

Coser era sancochar y así estaría hasta mañana……..

Las calles sin asfaltar, la gente descalza, en bañador, las mujeres empujaban una carretilla llena de ropa y caminaban hasta el molino para lavar allí, los barquillos que llegaban con el pescado fresco, me daba la impresión de haber retrocedido en el tiempo.

Al día siguiente de llegar, Toni se fue a trabajar muy temprano y yo tenía hambre así que salí de la casa en busca de una tienda. Entré en la de Gabriel, muerta de vergüenza (yo era muy vergonzosa) y pedí una viena, ¿una qué? le dije un bollito, ¿el qué? Tierra trágame. Le señalé el pan, ¿del Puerto o de Soo? Me preguntó ¿qué era el Puerto? ¿Qué era Soo? Pero si yo solo quería pan. Ese día comí pan solo, como para atreverme a pedirle embutido.

Otra cosa que me chocó, como era agosto y la vuelta al cole estaba cerca, yo oía a las mujeres decir que tenían que comprar una maleta para colegio, yo decía para mí, ni que poco lejos van aquí los niños a la escuela. Debían de estar todos internados porque para necesitar una maleta.

Así pasaron los meses y nosotros íbamos construyendo nuestra casa, otra costumbre de aquí era que todos los vecinos y amigos se ayudaban para hacer el aljibe, levantar la casa, poner el techo ¡que solidaria era la gente aquí! Eso me pareció muy bonito, luego se hacía un asadero y comían todos juntos. Yo no había visto tampoco eso nunca.

Al final de mi embarazo me fui a Málaga donde nació mi hija Yaiza, nos costó que la registraran con ese nombre porque decían que no lo habían oído nunca. Mi niña me llenó de alegría y de temor porque esa criatura tan pequeña iba a depender de mí y yo no sabía si iba a hacerlo bien. Me la traje con 11 días. Era mi juguete y a la vista está que no lo hice tan mal.

También quiero contar que viviendo todavía en la Caleta, cogía la guagua que iba a San Bartolomé y le pedía al chófer que me dejara donde termina la carretera y me venía caminando con la niña (que debía de tener unos 7 meses) hasta donde estaba nuestra casa en construcción para partir bloques para meter los hierros. Fue cuando estaban haciendo la carretera, hace 32 años. Cuando unos años más tarde vi que los bloques ya venían partidos, me dio un coraje. Ya podían haberlos hechos antes. Nos mudamos a nuestra casa el 14 de febrero del 88. Yaiza tenía 10 meses. Seguía guindando pero estaba en mi casa. Al final tuvimos que comprar un motor de luz a plazos y estuvimos 4 años dándole a la manivela para tener unas horas de electricidad al día.

En ese tiempo nació mi hija Amanda pero durante el embarazo le seguí dando a la manivela aunque a veces se acercaba Carlitos o Agustín a arrancarlo ya que ellos estaban haciendo la casa de Pili, gracias chicos por echarme una mano.

Cuando Amanda tuvo cinco meses, vinieron a conectarme la electricidad, en esa fecha estaba medio pueblo en Checoslovaquia, incluso Toni. ¡Qué felicidad! Ya podía usar la nevera, y podía ver la tele cuando quería. Y tener lavadora.

¡Cómo te cambia la vida! Que contento se puso Toni cuando volvió.

Fue pasando el tiempo y yo todavía no venía al teleclub Amanda era muy pequeña, mí vecina Lolina siempre me traía a Yaiza con Fany. Mis vecinos siempre se han portado muy bien conmigo, gracias Lolina por dejarme a veces las niñas para ir yo a trabajar y hasta una vez para ir a Tenerife. Con el tiempo empecé a venir yo también al teleclub y aquí conocía a mucha gente, le cogí el gusto y hasta ahora.

No recuerdo cuando conocí a Aurelia pero enseguida me di cuenta que lo nuestro iba a ser el escenario. Ella ya tenía experiencia y lo mío desde luego no era la baraja. Juntas empezamos a ensayar playback para niños, teatros, canción de la Navidad,…Luego conocí a Petra, que dúo hacen las dos, son unas artistas por esa gracia que tienen y siempre me siguen para cualquier evento, sin olvidarme de Lolina enfermera y mi vecina Lolina que aunque en este próximo teatro no nos pueden acompañar, seguiremos dando guerra porque cuando más viejas, mas locas.

No sé si lo haré bien o mal pero preparar fiestas me encanta. Me dada vida me apuntó a todo.

¡Cuántas cosas hemos hecho aquí! Traíamos nuestras máquinas de coser y hala. A coser banderitas para la fiesta que había que cambiar las cortinas del salón. Aquí estábamos todas, unas cosiendo, otras cortando, las ropas para el playback. También las hacíamos aquí mientras nuestros hijos ensayaban ¡Qué tiempos!

Y por supuesto tengo que mencionar a todos los niños y niñas de la quinta de mis hijas que son con los que hemos trabajado, chicos maravillosos que hoy día son hombres y mujeres y hasta algunos son papás o mamás ¡Cómo vivían las fiestas! ¡Cómo las disfrutaban! Ese Miguelito haciendo de Manolo Escobar no quería que le dijéramos nada, él nos decía que lo hacía a su manera ¡Qué fenómeno!

Que gusto daba prepararles juegos, fiestas, teatros, hasta una vez les organicé una búsqueda de tesoro y los tuve todo el día buscando pistas por el pueblo y con la colaboración de algunos vecinos. Todo lo vivían a tope, me tenían agotada pero feliz. Así que gracias a todos ellos, os tengo un gran cariño a todos. No os menciono porque me puedo olvidar de alguno y no sería justo.

¡Qué fiestas aquellas! La carrera de burros, la verbena del agua, la lucha de solteros contra casados, el Mago Arturo que siempre se le metía por detrás para descubrirle sus trucas como decía él ¡El pan de Carmelo! ¡Qué cosa más buena! Carmelo por favor, ¡vuelve hacer el pan para la cena! Y yo voy a ayudarte a amasar, no hay problema.

También hicimos el Belén viviente en la cancha, como siempre el pueblo colaborando en todo, trajeron animales, se disfrazaron, hasta metieron una pala mecánica en la cancha para traer piedras para el decorado. Gracias vecinos por hacer realidad una idea que llevaba años rondándome.

Hasta que en el año 2003 el accidente de Toni nos cambió la vida. La razón principal por la que acepté dar el pregón fue la posibilidad de tener a mi pueblo frente a mí y poder darles las gracias a todos por su generosidad, por su cariño, su solidaridad. Gracias, gracias y mil gracias.

No me puedo quejar del grupo de gobierno del ayuntamiento de aquella época que también estuvo ahí. Gracias de corazón a todos.

Yo me siento muy afortunada de vivir aquí y formar parte de este pueblo que me acogió y me hizo sentir una más.

Y si hoy veo la vida de otra manera, más bonita, se la debo a mi amiga Sención, por disfrutar de la naturaleza, por ser más positiva. Gracias por compartir conmigo esa filosofía de vida, me siento muy afortunada de pasar tiempo a su lado. Es usted un ejemplo a seguir ya que a pasar de su tristeza siempre le busca el lado bueno a todo y siempre con una sonrisa ¡Gracias amiga!

Este ha sido un resumen de mis vivencias en la isla y en mi pueblo. Espero no haberles aburrido mucho.

Tenemos dos semanas de fiestas por delante que nos ha organizado la directiva y pienso disfrutarlas a tope, bueno, si después de esto me dejan volver al teleclub.

¡¡Viva mi pueblo de Nazaret!!

¡¡Viva la Virgen de Nazaret!!

¡Gracias!

 

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