Por: M.L.Fika Hernando, M.C. Chas Barbeito, M.P. Martínez Rodríguez, T. Ortíz Martínez,
J. Bravo Martínez, M.A. Suárez Robaina
Nos hemos basado en la búsqueda de las últimas remrn1scencias de hierba medicinales que todavía hoy, afortunadamente, forman parte integrante de la cultura y vida rural en algunos pueblos de nuestro archipiélago.
Los remedios curativos empíricos y sencillos que junto con las planta medicinales conejeras se vienen utilizando desde tiempos remotos, lejos de enfrentarse a la medicina oficial, o ser motivo de burla , aportan un conocimiento serio y efectivo para el saneamiento de diversas enfermedades, cuyo valor y aplicaciones son virtuosas.
Este profundo y amplio mundo de la botánica medicinal y la curación casera tradicional conejera que a pesar de lo extraño y sorprendente que parezca a veces, por sus recetas y mezcolanzas poco corrientes, constituye una pieza indiscutible dentro de nuestras raíces y folklore, tanto que merecen ser conservados y protegidos, para que no terminen convirtiéndose en unas simples y curiosas prácticas de curación medio olvidadas o tomadas a broma por nuestros nietos.
Las plantas curativas más utilizadas en Lanzarote son:
Las algas o mujas para curar las quemaduras, picaduras de animales marinos y para tratar problemas de la piel.
La alhucema (Lavándula latifolia L.), en los pueblos de las medianía s y zonas sitas si conocen las virtudes relajantes de esta planta. Hay un dicho popular que afirma: si se coloca una bolsita de alhucema debajo de la almohada se dormirá de un tirón.
El almendro (Amygdalus conmunis L.), se emplea para la diabetes donde se utiliza sólo la cáscara y las ramas en infusión. Las almendras amargas, en muy poca cantidad, son buenas para combatir los espasmos y las lombrices intestinales.
El alpiste (Phalaris canariensis L.), es un gran remedio para los males de orina y de piedra y refrescante para los calores.
El apio (Apium graveolans L.), se utiliza en infusiones o bien en cocimiento con vino blanco del monte. También disuelve todas las flemas y mucosidades de los bronquios.
La aulaga (Launaea arborescens Batt. Murb.), en infusión es tonificante. También es útil para curar la ictericia y las opilaciones.
La avena (Avena canariensis Baum), en grano sirve para hacer cataplasmas contra el lumbago cuando lo aplastas con vinagre. Asimismo, la tisana de granos de avena es diurética y muy útil contra el estreñimiento pertinaz.
Los berros (Nasturtium officinale L.), resultan excelentes para desinflamar los pulmones, majados con ajo y corteza de limón. A veces se le añade miel oscura para el mismo fin.
La calabaza (Cucúrbita pepo L.), es conocida por sus virtudes contra las lombrices intestinales cuyo principio activo se encuentra en las semillas que se ingieren mondadas y secas. Existen curanderos que afirman y consideran las semillas de calabaza como calmante del excesivo ardor sexual.
La caña limón (Cymbopogon citratos DC.), en infusión se emplea para relajar a las personas nerviosas y para los que padecen de tensión alta.
La cerraja (Sonchus brachylobus Webb y Berth), combate la acidez de estómago e inflamaciones del hígado. El látex que segrega la planta cura las llagas de la boca y los labios.
El cilantro (Coriandrum sativum L.), en infusión es excelente par a combatir la atonía gastro-intestinal y los gases estomacales. Toda la planta en decocción reanima los estados de debilidad general.
El clavel (Dianthus caryophyllus L.), contiene numerosas virtudes medicinales, pero solamente en la flor, ya sea en jugo, infusión, cocimiento o macerada en vinagre. Principalmente se emplea para mejorar dolores de cabeza, trastornos nerviosos y palpitaciones.
La cola de caballo (Equisetum arvense, ramossimun Desf. L.), favorece la orina y desinfla los riñones. Otras virtudes son remineralizantes debido al silicio que contiene, por ello el cocimiento de la cola de caballo es útil para los estados tuberculosos y anémicos. La infusión puede tomarse fría o caliente.
El diente de león (Taraxacum officinale Weber), sirve para purificar la sangre, sobre todo las hojas y raíces crudas. Las flores y el resto de la planta también pueden usarse en infusión y conviene a las personas que sufren de ictericia o insuficiencia biliar.
El durazno (Amygdalus persica L.), es un purgante, sólo sus hoja s flores. De las pepitas de sus huesos se saca un agua estomacal (en infusión) con propiedades anti-histéricas. En ayunas curan los vahído que provienen de indigestiones. Mezcladas con almendras dulces, azúcar, canela y yema de huevo, resulta un caldo fortificante para convalecientes, ancianos y paridas.
El eucalipto blanco (Eucaliptos globulus labillardiére), es anticatarral. Útil contra las inflamaciones de las vías respiratorias y contra lo catarro-gastrointestinales. Se emplea en forma de infusiones y también inhalando los vapores fuertes de sus hojas hervidas en agua. También se recomienda para curar la diabetes.
El geranio (Geranium canariensis Reut.), se usa como astringente para las diarreas fuertes (hojas en infusión). En gargarismos, las flores y las hojas cocidas con agua, reduce la inflamación de garganta y las llagas de la boca.
El helecho (Pteridium acuilinun kuhn), hoy en día apenas se utiliza. Hasta hace unos años se cogían los tallos antes de que echases hojas y se guisaban para limpiar la sangre. También se utilizaba como vermífugo.
La hierbabuena (Mentha sativa L.), es buena para el estómago. Ayuda en las digestiones pesadas. Su infusión es excelente tomada en ayunas, después de ingerir miel o azúcar, pues expulsa lombrices y gusanos intestinales del cuerpo.
La hierba clin (Ajuga iva schreber), en infusión es excelente para las fiebres y catarros, diabetes, para calmar los nervios, para los cólicos y los dolores de cabeza. La consideran una planta milagrosa cuyo mejor momento para tomarla es en ayunas.
La hierbaluisa (Limpia citriodora Ort.), es buena para hacer digestiones, para combatir espasmos nerviosos y vómitos. La infusión de esta planta resulta un buen tónico.
El hinojo (Foeniculum vulgare Millar), se utiliza en infusión para eliminar los gases y calmar cólicos. También es bueno para atenuar las enfermedades de los ojos.
El laurel (Lauros azorica Seub, Franco), en infusión es un buen tónico estomacal, abre el apetito. Las hojas machacadas con aceite se emplean en forma de emplasto sobre los riñones doloridos por el frío o «mal aire». También cura las picaduras de avispa o abejas. Los frutos majado s con miel y vino blanco descongestionan el pecho facilitando la respiración.
El maíz (Zea mays L.), es conocido popularmente como millo. La «barba de millo» tiene propiedades diuréticas facilitando la orina sin acusar ningún tipo de irritación. Su infusión es mu y buena para purificar la sangre y bajar la fiebre. Algunos campesinos la emplean para achaques del corazón.
La malva (Malva silvestres L.), las hojas masticadas sirven para calmar la sed. Toda la planta hervida en agua y aceitunas negras regula las funciones intestinales y cura el estreñimiento. La infusión de las hojas y de las flores clama la tos, los resfriados y las inflamaciones de garganta. Suele acompañarse con miel de retama y externamente es buena para los forúnculos.
La manzanilla (Matricaria chamomilla L.), es u na planta curativa donde sus virtudes son conocidas desde siempre. Aparte de las propiedades digestivas y sedantes para los espasmos nerviosos, es muy buena en infusión para hacer desaparecer dolores de cabeza y para lavar irritaciones de los ojos o para fortalecer y dar consistencia al cuero cabelludo.
El marrubio (Marrubium vulgare L.), en infusión está particularmente recomendado en las afecciones del aparato respiratorio y para rebajar la fiebres altas. Las mucosidades y flemas son fácilmente expectoradas con la infusión de esta planta en ayunas. También suele tomarse macerada con vino blanco después de nueve días. Antiguamente se decía que la ictericia se curaba orinando sobre esta hierba por la mañana temprano y a medida que la planta iba empeorando, el enfermo sanaba.
El naranjo (Citrus surantium sinensis L.), en infusión con las flore de azahar tiene propiedades sedantes. Se da a beber contra lo desvanecimientos y estados nerviosos. Bastan cinco flores por cada raza. La corteza del naranjo y sus hojas forman parte de tisanas carminativas, que expulsan los gases y actúan como tónico estomacal favoreciendo el apetito.
El orégano (Origanum vulgare L.), es una planta tónica y digestiva que se debe tomar como tisana después de las comidas pesadas.
La ortiga (Urtica morifolia poir), hervida conviene a los que padecen de inflamaciones pulmonares, catarros rebeldes y tuberculosis sangrante. Sirve además para fortalecer los cabellos. Muchos campesinos aplican un emplasto de hojas de ortiga para curar las mordeduras de los perros.
La palmera (Phoenix cfanariensis hort. Ex Chab), tiene unos frutos llamados támaras que sirven para ablandar la tos cuando es excesivamente seca y para combatir los catarros. El jugo de estos frutos se recomienda para ablandar diviesos y tumores de la piel. Otra forma de curar los catarros es tomarse las támaras bien maduras hervidas con leche de cabra.
El pazote (Chenopodium ambrosoides), en infusión es excelente para todos los males del estómago. Se recomienda, además, para expulsar todo tipo de gusanos intestinales.
El perejil (Petroselinum hortense Hoffman), en su raíz contiene propiedades que favorecen la emisión de la orina. Se emplea igualmente para regular las menstruaciones y combatir la atonía uterina. Es mu y útil contra las ventosidades del vientre, pero el continuo abuso de sus hojas puede ser abortivo.
El poleo (Bystropogon canariensis plumosus L’Her), es mu y digestivo y reconfortante del estómago. Esta infusión sirve para expectorar flemas y aliviar la disnea en los asmáticos.
La ratama (Teline microphyla Gibas y Dingwall), en infusión aumenta la secreción de la orina y es favorable al buen funcionamuiento de los riñones previniendo la nefritis y la cistitis. La raíz cocida se emplea para quitar la caspa del pelo y bebida es útil contra las pulmonías.
El romero (Rosmarinus officinalis L.), es mu y útil para lavar las heridas y para dar suavidad al cabello. En infusión, combate los estados anémicos y favorece la secreción biliar. Junto con el tomillo y orégano forma una mezcla favorable para limpiar las mucosidades del organismo. Las hojas masticadas eliminan los dolores de muelas.
La rompe piedras (Lepidium latifolium L.), está formada por unas hojas grandes que cuando están secas se utilizan en infusión contra el mal de piedra (disuelven las piedras de los riñones por muy grandes que sean).
La ruda (Ruta graviolens L.), está formada por un tallo muy leñoso con el cual la gente de los campos elaboraba cruces que, según la tradición popular, protegían de todo mal a quien las llevase consigo. Las hojas maceradas en agua pura son buenas para aliviar toda suerte de dolores, dando fricciones externas. En infusión se usa como equilibrador nervioso y contra las convulsiones y epilepsias. Las mujeres la reconocen como buen regulador de los períodos menstruales, no obstante, el abuso de la planta puede producir abortos.
El tabaco (Nicotiana tabacum L.), se usa en infusión ya que tiene efecto sedantes y calma las excitaciones nerviosas, pero solo se emplean las hojas secas. También, en pequeñas dosis, se pueden hacer lavativas intestinales contra el estreñimiento, gusanos, lombrices, hemorroides y hernias. También cura las picaduras de avispa o abejas. Los frutos majado s con miel y vino blanco descongestionan el pecho facilitando la respiración.
El maíz (Zea mays L.), es conocido popularmente como millo. La «barba de millo» tiene propiedades diuréticas facilitando la orina sin acusar ningún tipo de irritación. Su infusión es mu y buena para purificar la sangre y bajar la fiebre. Algunos campesinos la emplean para achaques del corazón.
La malva (Malva silvestres L.), las hojas masticadas sirven para calmar la sed. Toda la planta hervida en agua y aceitunas negras regula las funciones intestinales y cura el estreñimiento. La infusión de las hojas y de las flores clama la tos, los resfriados y las inflamaciones de garganta. Suele acompañarse con miel de retama y externamente es buena para los forúnculos.
La manzanilla (Matricaria chamomilla L.), es u na planta curativa donde sus virtudes son conocidas desde siempre. Aparte de las propiedades digestivas y sedantes para los espasmos nerviosos, es muy buena en infusión para hacer desaparecer dolores de cabeza y para lavar irritaciones de los ojos o para fortalecer y dar consistencia al cuero cabelludo.
El marrubio (Marrubium vulgare L.), en infusión está particularmente recomendado en las afecciones del aparato respiratorio y para rebajar la fiebres altas. Las mucosidades y flemas son fácilmente expectoradas con la infusión de esta planta en ayunas. También suele tomarse macerada con vino blanco después de nueve días. Antiguamente se decía que la ictericia se curaba orinando sobre esta hierba por la mañana temprano y a medida que la planta iba empeorando, el enfermo sanaba.
El naranjo (Citrus surantium sinensis L.), en infusión con las flores de azahar tiene propiedades sedantes. Se da a beber contra lo desvanecimientos y estados nerviosos. Bastan cinco flores por cada raza.
La ratama (previniendo la nefritis y la cistitis. La raíz cocida se emplea para quitar la caspa del pelo y bebida es útil contra las pulmonías.
El romero (Rosmarinus officinalis L.), es mu y útil para lavar las heridas y para dar suavidad al cabello. En infusión, combate los estados anémicos y favorece la secreción biliar. Junto con el tomillo y orégano forma una mezcla favorable para limpiar las mucosidades del organismo. Las hojas masticadas eliminan los dolores de muelas.
La rompe piedras (Lepidium latifolium L.), está formada por unas hojas grandes que cuando están secas se utilizan en infusión contra el mal de piedra (disuelven las piedras de los riñones por muy grandes que sean).
La ruda (Ruta graviolens L.), está formada por un tallo muy leñoso con el cual la gente de los campos elaboraba cruces que, según la tradición popular, protegían de todo mal a quien las llevase consigo. Las hojas maceradas en agua pura son buenas para aliviar toda suerte de dolores, dando fricciones externas. En infusión se usa como equilibrador nervioso y contra las convulsiones y epilepsias. Las mujeres la reconocen como buen regulador de los períodos menstruales, no obstante, el abuso de la planta puede producir abortos.
El tabaco (Nicotiana tabacum L.), se usa en infusión ya que tiene efecto sedantes y calma las excitaciones nerviosas, pero solo se emplean las hojas secas. También, en pequeñas dosis, se pueden hacer lavativas intestinales contra el estreñimiento, gusanos, lombrices, hemorroides y hernias.
La tabaiba dulce (Euphorbia balsarrúfera), suelta un látex lechoso que se aplica sobre callos, verrugas o tumores de la piel con muy buenos resultados.
La tila (Tilia platyphyllos scopoli), se utiliza en infusión, actuando como calmante de los nervios y relajante estomacal. También se utiliza para neutralizar la acidez digestiva.
El tomillo (Micromeria varia Berth), es mu y útil para equilibrar la tensión arterial y favorecer la circulación sanguínea.
La tunera (Opuntia Picus -barbárica A. Berger), cuando es fresca se calienta y se aplica para hacer disminuir las inflamaciones producidas por golpes o por el frío. En la espalda se coloca para curar pulmonías. Con el zumo caliente y azúcar se preparan jarabes muy efectivos contra la erisipela, las fiebres y los catarros. Los frutos son bastante astringentes.
La vid (Vitis vinífera L.), es astringente pero se emplea en infusión para combatir la diarrea y para cortar las hemorragias. Los baños de hojas de vid son muy apropiados para los sabañones de las manos, problemas de circulación, dolores reumáticos y jaquecas. La savia sirve para hacer gargarismos y cura las gargantas inflamadas e irritadas.