Situación y descripción de «el Bebedero»

El Bebedero se sitúa en la población de Tiagua, perteneciente al término municipal de Teguise, en la isla de Lanzarote. Se halla en terrenos del cortijo denominado en la actualidad «El Patio», yacimientpo-el-bebederosiendo sus coordenadas geográficas 29° 03′ 03″ de latitud Norte y 13° 37′ 30″ de longitud Oeste del meridiano de Greenwich, a 200 m. sobre el nivel del mar y a 700 m. de la carretera que une Tiagua con Muñique.


El yacimiento se encuentra en una hondonada protegida, excepto en su extremo Norte, por pequeñas elevaciones que la convierten en un lugar salvaguardado del viento y muy apto para el asentamiento humano. La hondonada natural que constituye El Bebedero debe posiblemente su nombre a un fenómeno de suma importancia en una isla como Lanzarote deficitaria en recursos hídricos; nos referimos al hecho de que las elevaciones que rodean y delimitan la hondonada recogen en sus vertientes el agua de lluvia que discurre hacia la zona baja, donde se deposita durante algún tiempo dando lugar a una «mareta» o pequeña laguna estacional, donde es posible su aprovechamiento por hombres y animales. Este fenómeno debió ser conocido y utilizado en su provecho por la población aborigen de Lanzarote, como lo evidencian la potente secuencia estratigráfica y los abundantes elementos materiales prenormandos allí localizados. Ya J. Abreu Galindo (1) destacaba este hecho cuando señalaba que «…la isla de Lanzarote es falta de agua, que no hay otra sino la que llueve, la cual recogen en maretas o charcos grandes hechos a mano, de piedras».
El yacimiento fue descubierto al realizarse en la zona obras de mejora agrícola consistentes en la puesta en cultivo de algunos terrenos que habían perdido fertilidad y precisaban la renovación de la tierra y del enarenado. Para llevar a cabo esto último, se extrajo tierra de El Bebedero, lugar donde se desconocía la existencia de restos arqueológicos; la operación produjo la apertura de un amplio corte, donde se evidenció una potente secuencia estratigráfica en la que los elementos arqueológicos eran muy frecuentes, destacando varios fragmentos de molinos circulares de basalto y abundantes fragmentos de cerámica.
Cuando iniciamos los trabajos arqueológicos comprobamos que la extracción de tierra había afectado a una amplia extensión de El Bebedero, lo que impedía conocer con exactitud las dimensiones primitivas del yacimiento. Sin embargo, en el hueco producido por la excavadora sólo se constató la existencia de materiales arqueológicos en el perfil Norte, donde se conservaba una amplia terraza en la que se han centrado los trabajos de excavación.
El área que abarca la actual población de Tiagua es rica en hallazgos arqueológicos, prueba de lo cual es la existencia de yacimientos tales como la Cueva de los Majos, El Vaquero, El Berrugo…, en los que se han producido con frecuencia hallazgos superficiales. Todo ello parece indicar de manera clara la existencia de una amplia ocupación espacial de la zona, donde por otro lado existían los suficientes recursos naturales y una situación geográfica inmejorable, en un lugar central de la isla desde el que resultaría fácil aprovechar los recursos marinos dada su relativa proximidad a la costa.
La población de Tiagua constituyó a mediados del siglo XIX un punto destacado del comercio insular; su desarrollo comercial se había iniciado en el siglo XVIII, erigiéndose en la despensa más importante de la isla hasta el desarrollo del puerto de Arrecife a mediados del siglo XIX. Es precisamente en esos momentos cuando el cultivo de tabaco alcanza en Tiagua una gran extensión, siendo reconocida la calidad del que se producía en El Patio.
La finca El Patio sufre a partir de la década de los años 1930 una profunda transformación, al ponerse de nuevo en explotación agrícola tras un amplio período de tiempo en que sólo se aprovechó para alguna actividad de tipo pastoril. Esa puesta en explotación fue la que dio lugar a que en El Bebedero se cubrieran los estratos aborígenes con una doble capa de tierra que constituyó un «enarenado» en el que se situaron los cultivos. El enarenado es una técnica de cultivo propia de áreas de secano que consiste en extender sobre el suelo natural una capa de lapilli de aproximadamente 10-15 cm. de espesor, bajo el cual se ha colocado con anterioridad unos 2 cm. de materia orgánica descompuesta y en ocasiones, cuando el suelo natural es improductivo o no existe, una capa de arcilla que puede alcanzar los 50 cm. de espesor. En El Bebedero se situó además bajo el anterior una ligera capa de picón fino o «polvillo» que sirvió para regularizar el suelo primitivo.

(1) ABREU GALINDO, J., 1977, p. 58.

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