Por Francisco Hernández Delgado
La iglesia del Cristo de Las Aguas fue erigida a finales del siglo XVII. Con muy pocos datos contamos sobre ella. Según la tradición que en la caleta del Riadero apareció flotando un crucificado de algún valor, que al poco hizo el prodigio de atraer las lluvias tan deseadas, precisamente cuando el pueblo andaba en crisis terrible debido a la pertinaz sequía de tres años consecutivos.
El milagro del Cristo le valió el sobrenombre de «Cristo de las Aguas», y en su honor Guatiza levantó iglesia a finales del siglo XVII, principios del siglo XVIII.
Esta iglesia presenta una planta rectangular, copia exacta de la del Cristo de la Vera Cruz de Teguise, un fuerte aIzado sostenido por el apoyo de recios contrafuertes, abertura frontal y lateral, ventanales avidrierados, y rosetón en la portada. Una elegante linterna sobre la bóveda, y una cubierta de adobe sobre estructura de parhilera de tea. La espadaña, doble, cuenta con dos campanas de bronce; rematada de piedra tallada, y conjugada estéticamente con el resto de la fachada por dos jarrones pétreos, completa esta particular iglesia, celadora de varias obras maestras.
Junto al Cristo venerado de Las Aguas y del famoso cuadro flamenco de Santa Margarita, destaca una talla en madera policromada de la Inmaculada, con muestras del cincelado propio de la escuela de Estévez; y una Virgen del Carmen también perteneciente a digna escuela.