Los núcleos que presentan un mayor número de artesanos son Guatiza, Los Valles, Caleta del Sebo, Mozaga y La Villa en la que destaca la elaboración de timples, muy apreciados y demandados en todas las islas, especialmente en Tenerife.
Coexisten dos formas de producción entre los artesanos, aquellos que producen de un modo profesional, dedicándole todo su tiempo, y aquellos que dedican media jornada a sus trabajos. Ahora bien, la mayoría coincide en que sus talleres o herramientas se encuentran en sus propias casas, con lo que no se da ningún caso de cooperativismo.
Al mismo tiempo se realizan dos tipos de artesanía: el tradicional, heredado de la cultura como una seña de identidad, que responde a los usos, costumbres y tecnología de otros tiempos ( la palma, telar, instrumentos de cuerda, carpintería de ribera, alfarería, etc.) y los contemporáneos, dedicados intencionadamente a la ornamentación joyeros, el reciclaje, otras formas de cerámica, etc…).
Los canales de venta de la producción son a través de los encargos o de tiendas situadas en los núcleos turísticos, especial mente Puerto del Carmen, como es el caso de los más tradicionales. Otros cuentan en mayor medida con el Mercadillo de Teguise, al no poder aceptar los bajos precios que exigen los comerciantes, que infravaloran los trabajos frente a la oferta de productos importados más baratos y fabricados de un modo industrial.
Con respecto al Mercadillo, cabe destacar la importancia que ha tenido para el desarrollo de esta actividad aunque ha descendido su calidad y se han duplicado las tasas de los cerca de 400 puestos.
Proponen como alternativas:
*Realización de una feria de artesanía con mayor periodicidad (mensual o trimestral ) para dar a conocer los productos.
*Creación de un centro municipal o comarcal (dos o tres municipios) donde se pueden fabricar y vender los distintos productos, utilizando infraestructuras existentes (locales, casas abandonadas, recuperando viejos hornos donde todos los ceramistas puedan hornear una vez al mes, etc…). Se podrían impartir en este centro cursos de carácter continuo que, además de constituir una labor de di fusión cultural entre los más jóvenes, sería una herramienta para ocupar el tiempo libre y las tardes de muchos jubilados, combinándose con las aulas abiertas y potenciando actividades necesitadas de recuperación:’ trabajos de madera, construcción de instrumentos de cuerda, telares, calados, bordados, latoneros, tenderos, empleita…
• Disponer de tiendas especializadas en las principales zonas turísticas, sin que se le añada al producto más que lo necesario para sufragar los gastos de su comercialización.
Se plantea como problema del sector la necesidad de mantener la cadena de transmisión ya que la mayoría no tiene a nadie que retome su tradición artesana. Con respecto a la artesanía contemporánea, reivindican su carácter profesional (no hay calificación oficial para las nuevas ramas) y el apoyo institucional.
En La Graciosa destacan:
La confección de «gracioseras» y de «empleita» que son m uy solicitadas, tanto por el turismo local como por encargos.
La carpintería de ribera, además de la construcción de barquillos, centra su actividad en la reparación de barcos de la Isla y en otros trabajos de carpintería, para complementar los ingresos. Esta rama se encuentra con el problema del coste en el transporte de materiales, hacer llegar tres metros cúbicos de madera supone un gasto de cien mil pesetas.