Fuente: Catálogo arquitectónico y carta etnográfica de Teguise
En Canarias, y en esto Lanzarote no es una excepción, la arquitectura religiosa tiene sus primeras manifestaciones en las ermitas de un único recinto. A estas construcciones originarias se les ha añadido a lo largo del tiempo nuevas dependencias como capillas o sacristías, sin seguir un proyecto establecido sino según las necesidades del momento.
El tipo clásico responde al siguiente esquema, según lo expone J. Concepción: “portada en arco de medio punto a los pies, remarcada en piedra del lugar, aunque a veces hay una segunda en un costado; espadaña (de uno o varios huecos); cubierta a dos o cuatro aguas (bien a base de torta o con tejas);paramentos enlucidos de blanco; barbacana corta-vientos (en uno de sus extremos). Interiormente, la nave y el altar pueden estar a diferente altura y se cubren con sencillas armaduras lignarias de estilo mudéjar, en artesa o a cuatro faldones, a lo máximo seis, con lacerías frecuentemente”.
De este tipo de construcciones religiosas en el municipio de Teguise se encuentran las ermitas de la Vera Cruz, San Sebastián y San Rafael en la Villa, además de las de Teseguite, Tiagua, Los Valles, Guatiza, Nazaret, Sóo, Tao y Caleta de Famara.
Frente a este tipo de arquitectura religiosa más tradicional se encuentra aquella otra que responde a unos cánones más académicos. Estas suelen ser construcciones que manifiestan una sucesión de estilos y elementos arquitectónicos fruto de sucesivas reformas, ampliaciones y reedificaciones y que además albergan un importante patrimonio mueble. Dentro de esta categoría se encuentra la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, que es por su antigüedad (primera mitad del siglo XV) de las más antiguas de Canarias, habiendo sufrido a lo largo de su historia numerosas destrucciones y reedificaciones. Otras edificaciones religiosas de este tipo son la iglesia del convento de San Francisco y la iglesia del convento de Santo Domingo, todas en la misma Villa.