Fuente: Lanzarote y su patrimonio artístico
Por Juan Sebastián López García
La arquitectura religiosa, por su peculiaridad de ser exponente de las aspiraciones de un determinado colectivo o clase social, y responder en muchos casos a sucesivos períodos constructivos, evidencian la complejidad de conformarse sin plan previo e ir creciendo por agregados durante varias generaciones, pudiéndolo manifestar con distintos lenguajes artísticos, aunque con pocas novedades tipológicas. En las soluciones arquitectónicas también se reflejaba el influjo de otras islas, así por investigaciones de Lobo Cabrera y Quintana Andrés, sabemos que el obispo García Jiménez determinó en 1679 para la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de Teguise que «…en primer lugar se haga y fabrique la capilla mayor, cuyas paredes todas se hagan de nuevo con la fortaleza de cimientos y proporción necesaria, levantando dichas paredes a el punto de elevación proporcionada, con que están hechas las capillas mayores de las parroquias de Tenerife y que la techumbre del artesón se haga en quadros de alguna moldura artificiosa y hermosa de moderado costo en el gasto…».
En todo Canarias, las fachadas suelen ser con las portadas principales la parte del edificio que más erudición presenta, resaltando sobre los muros encalados. En Lanzarote el número de portadas que presenten elementos eruditos y con repertorios de clara filiación estilística es poco, concentrándose las existentes en la Villa de Teguise, donde también está la mayor variedad tipológica de la arquitectura histórica.