Realizó un cuadro con la efigie del Sagrado Corazón de Jesús, que fue colocado en el retablo de su nombre en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de Teguise. En 1867 era viuda y escribe desde Teguise, el 5 de septiembre, una carta al Rector del Seminario canariense en petición de gratuidad para los estudios que en él cursase su hijo D. Rafael, por carecer de medios económicos. Poco tiempo después es su hijo, quién escribe al seminario, indicándole que es imposible continuar realizando estudios de Teología en régimen interno por tener que asistir y acompañar a su madre, «persona ya de edad avanzada, delicada de salud y sola». Pide así continuar durante el curso 1870/1871, como alumno externo. (3)