A lo largo de más de sesenta años, Doña María Betancort desarr olló su labor de comadrona en auxilio de los nacimientos del pueblo de Tahiche y Las Caletas. Controlaba los 
periodos de gestación de las parturientas para estar prevenida en las fechas que necesitaría su atención cada alumbramiento. Siempre alerta con los embarazos de riesgo, los redirigía con premura hacia la consulta de los médicos parteros de Arrecife. Este celo en su labor la hizo merecedora del aprecio y respeto de los médicos ginecólogos de la época. Don Casimiro Robayna Betancort, conocedor de su meritoria labor, le propuso encarecidamente obtuviera su título reglado de partera. Siempre desplazándose a pie, se trasladaba a las casas de las parturientas sin tener en cuenta las horas ni distancias.
Muchas vecinas de Tahiche, aunque el traslado de sus domicilios las hubiera llevado a otras poblaciones solo confiaban en su socorro y le solicitarían su ayuda de madres a hijas. Jubilada, continuó aconsejando a sus vecinos hasta su fallecimiento.
Este oficio tan trascendental no desapareció de los pueblos hasta que se generalizó la cobertura a toda la población de la asistencia a las parturientas a través de la Seguridad Social (en 1942 se creó el Seguro Obligatorio de Enfermedad; 1963, la Ley de Bases de la Seguridad Social; Decreto 2123/1971, Régimen Especial Agrario).
Historia de Teguise 