Fuente: Agustín Pallarés Padilla
http://agustinpallares.blogspot.com.es/2011/02/historia-de-lanzarote-5-siglo-xviii-2.html
Mozaga. Pueblo situado hacia el centro geográfico de la isla, entre los límites de separación de los municipios de Teguise y de San Bartolomé, por cuya razón parte del pueblo pertenece a uno de los municipios y parte al otro, más al de Teguise.
En un principio el pueblo estaba situado más al E de lo que está ahora, al otro lado de la corriente de lava que baja por allí, donde estuvo hasta los años cuarenta del siglo pasado la ermita de la Virgen de la Peña, hacia naciente del pueblo actual, a poco más de 100 m a la derecha de la carretera que va hacia Teguise, pero con la entrada del siglo XIX comenzaron las arenas, impulsadas por los fuertes vientos alisios, a afectar de tal manera a las casas que tuvieron que ser abandonadas para construirlas donde están ahora, sobre el suelo volcánico de formación histórica situado en sus proximidades.
Fue el antecedente del pueblo de Mozaga un cortijo construido a comienzos del siglo XVII por el Capitán Gaspar de Samarines. Con respecto a su evolución demográfica sabemos que las Sinodales del obispo Dávila y Cárdenas (1737) le dan 12 vecinos; la Descripción de José Ruiz Cermeño (1772), 14 vec.; el Compendio Brebe de 1776, 15 vec.; la relación de las alcaldías pedáneas de 1802, 40 (un aumento considerable en sólo veintiséis años); P. Madoz (1850), 125 habitantes; P. de Olive (1860) le asigna 41 edificios; en 1900 ya alcanzaba una población de 136 habitantes, y a partir de los años 70 de ese siglo el desarrollo poblacional ha sido claramente ascendente como en toda la isla a causa de la irrupción del turismo.
Sobre su nombre, tenido como aborigen, conviene decir que la letra /z/ con que se escribe ahora es una innovación ortográfica adoptada en tiempos relativamente recientes, con toda probabilidad por influencia del parecido con otras palabras españolas que se escriben con esa letra, con las cuales, por supuesto, no guarda relación etimológica alguna. Aún en el siglo XIX lo normal era escribirlo Mosaga, con /s/. Wölfel lo incluye en su Monumenta, pero las interpretaciones que hace basadas en el bereber no aportan nada interesante.