Fuente: http://culturapproach.blogspot.com.es/2013/11/patrimonio-etnografico-los-diabletes-de.html
Por : Iraya Rn – martes, 19 de noviembre de 2013
Los carnavales de Lanzarote se han caracterizado por una serie de rasgos que a lo largo de la historia de la isla han permanecido hasta la actualidad. Esto ha supuesto que se asocie a los mismos como una fiesta ligada a creencias y actividades del pasado, como pueden ser los Diabletes de Teguise.
Teguise cuenta con uno de los elementos más característicos de Lanzarote, es decir los Diabletes. Algunas teorías plantean su posible origen anterior a la Conquista, otras hipótesis defienden una fusión la práctica ya existente con aportaciones castellanas. Sin embargo, en cuanto al significado de esta tradición se ha planteado la posibilidad de que fuera parte de ritos funerarios, o tal vez formara parte de un rito de transición para los hombres de la niñez a la madurez, aunque otras obras plantean una relación con prácticas campesinas medievales. Hay que tener en cuenta que pese a que se desconoce si su origen pudo ser religioso, ya que en los documentos se sitúan la primera aparición de los Diabletes bailando en las noches que separan la Navidad de la Epifanía y en especial la noche del 31 de diciembre, posteriormente aparecen abriendo junto a los tocadores de tambor, el cortejo de la magna procesión del Corpus, según el cronista de Teguise, Francisco Hernández expone que estas danzas representaban la lucha entre el bien y el mal.
Además, hay constancia de que incluso el Cabildo General pagaba medio real a los que danzaban durante el siglo XVIII. Sin embargo, por distintas razones, la decisión de la Iglesia en 1870 fue prohibir la danza del bien y el mal en el Corpus, pero no supuso la desaparición de los Diabletes. Así pues, se trasladaron sus bailes a las fiestas del carnaval y fue ahí cuando surgió también la figura del zurrón con piel de cabra que es utilizado por Los Diabletes y según el investigador D. Francisco Hernández Delgado. “El rostro de macho cabrío pasó a ser la careta de toro” en el Carnaval de la Villa.
Así pues, durante el siglo XIX el traje típico de los Diabletes sufre modificaciones entre las que se encuentra las caretas que combinan los rasgos de diablo y de toro, ropa de lona o muselina pintada con rombos rojos o negros, como sustitución de la piel de cabra denominada piel de diablo. Asimismo llevan correajes cruzados sobre los hombros de los que cuelgan campanas; por otro lado en la mano llevan un palo del que pende una pequeña talega con arena o trapos que golpean contra el suelo y finalmente se colocan la significativa máscara que representa la cara de un toro negro con pronunciados cuernos y larga lengua roja. Lo cierto es que las máscaras de los Diabletes pueden considerarse una de las máscaras más diabólicas del Carnaval canario. Como explica Agustín de La Hoz, “el Diablete conjuga tres elementos claves: diablo, chivo, pastor”.
Hoy en día los Diabletes, tras a ver sufrido distintos cambios a lo largo de su historia como puede ser su uso original o los cambios en la vestimenta, perviven a través de una asociación cultural que se encarga de mantener la tradición. Por ello una semana antes del Martes de Carnaval se distribuyen los miembros por turnos, para que haya siempre Diabletes durante esa semana en la calle, aunque también salen en después.