http://pasaportea.iberostar.com/2013/07/lanzarote-y-la-historia-de-princesa-teguise/
Lanzarote fue la primera isla del archipiélago canario en la que penetraron los navegantes europeos, probablemente por estar situada más al norte y por tanto más próxima al continente.
Según cuenta la leyenda, Guadarfía, el que fuera soberano de la isla, vivía con su mujer Guanarama en el castillo de Zonzamas. Fruto de sus amores nacen dos niños: Teguise y Guillén. La primera destaca por su singular hermosura. Pasados unos años, la niña pasa a ser una guapa adolescente cuya mirada cautiva a todo aquel que la contempla.
Finalmente es Tinguayo quien consigue enamorar a la princesa y ser correspondido, no tardando mucho tiempo en pasar ambos por el altar en una boda tradicional. Pronto aparece en medio de esta relación Maciot Béthencourt, quien perdidamente enamorado de Teguise quiere hacerla suya. Para ello no descansa en fraguar conjuras y prometer privilegios que nunca cumplirá a quienes le ayuden en su tarea. Tras astutas diligencias, Teguise es engañada miserablemente, teniendo que soportar sin protestas los oprobios del normando Gobernador. Tinguayo por su parte huye lejos temiendo ser aprehendido, y para su desgracia, muere sin la satisfacción de vengar la afrenta que otro hombre le había inferido.
Fruto de la ilícita relación entre el Gobernador y la Princesa, dos niñas de gran belleza vienen al mundo, despertando el lado más paternal de Maciot, aunque sigue tratando mal a sus vasallos, quienes le odian por su trato despótico y por vivir en concubinato con Teguise. Preocupado y atormentado por ello ante la indiferencia de los gobernados, Maciot decide legalizar su situación celebrando su boda y aprovechando también para bautizar a sus hijas. Además, con el fin de perpetuar su honor, ordena que la aldea de Acatife pase a llamarse Real Villa de Teguise, haciéndola capital de Lanzarote.
Transcurridos unos años, Hernán Peraza llega a las islas como señor de ellas, y le reprocha a Maciot el comportamiento que ha tenido con sus súbditos. Surgen entonces diferencias entre ambos y el marido de Teguise es desterrado junto a su mujer y sus hijas a El Hierro. Después de varios días allí, una carabela portuguesa por orden del gobierno luso llega al puerto de la isla para recogerles y llevarles rumbo a Madeira, donde Maciot y Teguise construirán su nuevo hogar y vivirán el resto de sus vidas. Maciot muere con el remordimiento de su mala actitud con los majoreros, pero también con el cariño de su familia. La tristeza de Teguise ante esta pérdida solo la ve compensada con el regocijo de tener a su lado a sus hijas. Aunque nunca más volvió a su isla canaria, el cielo de otra isla atlántica como es Madeira, veló también la fúnebre partida de la princesa Teguise, una mujer que, por su amor, se redimió de paganos ritos y que será recordada por muchos como la “novia de Lanzarote” y la gran protagonista de la Villa de Teguise, un lugar con más de quinientos años de historia.
La Real Villa de Teguise es el núcleo del municipio y debido a su legado histórico ha sido declarada conjunto arquitectónico histórico-artístico. Teguise es, posiblemente, el centro histórico mejor conservado de Canarias, ya que no ha sufrido grandes alteraciones a lo largo de los siglos XIX y XX.