Acto homenaje con motivo del nombramiento como» Mujer Canaria 2012″ a Margarita Páez Guadalupe (Margarona)
Francisco Hernández Delgado
Cronista Oficial deTeguise, Presidente de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias.
Señoras, señores, me ha correspondido por deseo de Margarita Páez Guadalupe, ser el mantenedor en este acto de entrega del premio a su persona como MUJER CANARIA 2012.
La Isla de la Graciosa, es además de la octava isla de Canarias, un trozo del municipio de Teguise, un pequeño trozo de tierra con alma, alma de hombres y mujeres que se ven obligados a convivir en un territorio insular tan reducido.
La formación y posterior crecimiento del pueblo de La Graciosa, ha estado motivado por la pesca, una actividad que marcó la forma de ser y vivir de los vecinos de la isla.
El hombre encauzó su trabajo en la mar y otras actividades siempre relacionadas con la pesca, la mujer para la casa, los hijos, la comida.
Aquellos años de finales del siglo XX y los de la primera mitad del XXI, grabaron en el corazón de las abuelas y madres, de las niñas y niños de las futuras generaciones, imágenes de supervivencia difíciles de olvidar.
Por experiencias propias, o legado oral escuchado sobre las esteras o al calor de las arenas, a modo de película desfilaban muchas escenas
como:
-La subida de las mujeres por el risco con pesados sacos y cestas sobre la cabeza, con pescado y mariscos para venderlos o cambiarlos por granos y papas en los pueblos cercanos del norte de la isla.
-Como las madres se tendían sobre las esteras para tener a sus hijos.
-Como la mayoría de las primeras casas fueron construidas con muros de piedra seca y techada con matos y restos de madera que habían llegado a la orilla de las playas arrastradas por las corrientes.
-Cómo las mujeres se levantaban temprano para recoger leña, para poder hacer la comida.
-Cómo llevaban a sus muertos por el risco, para ser enterrados en el cementerio de Haría.
Allí en aquella isla de la Graciosa, nació en 1946 Margarita Páez Guadalupe, la Margarona de todos, y digo de todos, porque todos los que hemos tenido el honor de compartir su amistad la llamamos así.
Aquella joven, cambiaría todos los protocolos sociales de la pequeña isla, era consciente de que su actividad no la iba a limitar al papel asignado a las esposas e hijas de los marineros.
Además de los callos de sus pies descalzos, sus tiernas manos se endurecieron agarrando con fuerza el timón de los barcos, ella quería ser, no una mujer más en la familia, sino un ser capaz de llevar a cabo cualquier faena.
No renunció a su papel de mujer, esposa y madre, y cuando pudo ofrecer su trabajo a su pueblo, no dudó en incorporase a los primeros movimientos políticos de la época democrática, y lo hace desde las filas de la UCD.
Margarita Páez, antes de aquellas primeras elecciones, ya era una mujer conocida por su preocupación, su entrega y su coraje para solucionar los problemas de los vecinos.
Margarita, añadió a su placa identificativa inscrita en su corazón de mujer entregada a una causa común por iniciativa propia, esa otra que la señalaba ante su pueblo como mujer trabajadora respaldada por las instituciones democráticas. Antes y después siempre fue la Margarona de la Graciosa, los años ni los títulos le restaron fuerza y cariño a su pueblo.
En 1983, Margarita Páez, se incorpora al Partido de Independientes de Lanzarote el PIL. Por su preocupación y constancia fueron una realidad los proyectos y mejoras en la luz, los teléfonos, el agua, el colegio, el centro de salud, y la ambulancia, entre otras acciones.
Margarona era la madre a la que acudían todos los hijos de la Graciosa que fueron destinados a otras islas, a golpe de teléfono, o con visitas personales, trataba de ayudar a estos jóvenes vecinos, que con motivo de su alistamiento en la Marina, se encontraban lejos de su isla.
Los vecinos nos recordaban cuando embarrancó la barcaza bajo el risco, cómo Margarona recaudó comida para llevar diariamente a los marinos.
La pequeña emisora instalada en su tienda, se convirtió en el camino conductor de las noticias entre los marineros de los pequeños barcos de la Graciosa y sus familiares, que siempre recelosos de los peligros de la mar, esperaban las noticias de Margarona para la tranquilidad de madres e hijos.
Cuando recibió la Cruz por el mérito de su labor, expresó su deseo de que el reconocimiento se hiciera a todas las mujeres de la isla. Margarona no tenía una actividad única, era la alcaldesa, era la esposa fiel, la madre protectora, la vecina que ayudaba en su parto a las madres primerizas, que pala en mano excava tumbas para los difuntos, que cuidaba y arreglaba los teléfonos, que pintaba los colegios, que era la vecina que no se retiraba a su cama hasta que regresara el último barquillo de pesca.
Que ni el mal tiempo pudo con su valentía y coraje, como se le recuerda en el fallecimiento de una extranjera, viendo que el Sr. Juez no podía salir de Lanzarote, Margarona enfundada en su ropa de agua, salió de la Graciosa y se plantó en el puerto de Órzola en medio de un tremendo oleaje, para entregar el cadáver a las autoridades judiciales.
Esa era Margarona, esa era y es la mujer, que a pesar de los años, de sus dolencias, aprovecha cualquier oportunidad para denunciar los problemas de la isla, con su peculiar voz roncolla, su genio y coraje.
Por eso y por miles de acciones, más, esa mujer es hoy reconocida con el nombramiento de MUJER CANARIA 2012, otorgado por la Junta Directiva de El Orfeón La Paz.
Hemos tenido que trasladarnos a otra isla para ver el reconocimiento a una vecina de la Graciosa, del Municipio de Teguise, de la isla de Lanzarote. Nuestros hermanos los tinerfeños, a los que siempre nos hemos sentido unidos, hoy queremos llevarlos a través de un camino imaginario a la octava isla, y recordar juntos uno de los actos más entrañables que vivía Margarona, sus primeras romerías con sus vecinos al Santuario de la Virgen de Los Dolores.