Zonzamas

Fuente: Patrimonio Histórico de Canarias- Lanzarote y Fuerteventurazonzamas
Por Dimas Martín Socas

El poblado de Zonzamas yacimiento paradigmático de lo que se entiende como mundo aborigen de Lanzarote. También conocido popularmente como palacio de Zonzamas, se erige sobre una colina basáltica de la zona central de la isla, a 29º00’25» de latitud norte y 9º52’00» de longitud oeste, en el término municipal de Teguise.

Según las Crónicas, este núcleo fue la residencia del último jefe de la isla, Guadarfía, al cual en el reparto de tierras y propiedades que se efectúa tras la conquista normanda, le corresponde el llamado Castillo de Zonzamas y «300 acres de tierra y bosques alrededor de su morada ( …) tuvo las mejores tierras para labrar de cuantas había en el país .» Y, en efecto, desde aquí se domina un amplio territorio caracterizado por su alto potencial agrícola, en los momentos anteriores a las erupciones volcánicas del siglo XVIII , y se le asocia una «mareta», construcción para la captación de agua, levantada al pie de la vertiente nororiental.

La continuidad en la ocupación de este asentamiento llega, según se comprueba en las fuentes documentales, de manera continuad a hasta el siglo XVIII, de tal forma que su abandono ha de correlacionarse con las erupciones volcánicas de 1730-1736. A partir de esos momentos y hasta mediados del siglo XX, sólo se ocupará de forma esporádica y siempre para fines vinculad os a las actividades ganaderas.

En el asentamiento se han realizado dos fases de intervenciones arqueológicas, la primera entre 1971 y 1985 , mientras que la segunda se ha iniciado a finales de 1995. En la primera fase se ponen al descubierto una serie de estructuras arquitectónicas de plantas muy variadas y complejas que llevan a considerarlo, a partir de esos momentos, como uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de todo el Archipiélago.

En efecto, los trabajos permiten constatar cómo el espacio interior parece organizarse en torno a un núcleo central, ubicado en el sector de mayor elevación del terreno y asociado a la conocida, a través de las Crónicas, como «Cueva» o «Silo» de Zonzamas, el cual estaría protegido por una potente muralla defensiva realizada a b ase de grandes piedras, actual mente muy mal conservada.

Al mismo tiempo, se dan a conocer cinco grandes conjuntos arquitectónicos de plantas muy complejas y claramente diferenciadas entre sí, aunque la técnica constructiva eszonzamas muy similar. Así, el proceso inicial consiste en excavar en el terreno el sector elegido para ubicar el edificio y a partir de ahí, se organiza el espacio interior mediante la construcción de mu ros de piedra, de volumen medio y grande, de una sola cara, trabadas con barro rojo y cubiertas o enlucidas con una capa de revoco de barro, el llamado tegue. La construcción sobresalía de la superficie del terreno, de tal forma que parre de la estructura estaba excavada en el suelo y otra parte era al aire libre. La composición del piso variaba según las circunstancias y el espacio, de tal forma que en ocasiones era de barro apisonado, en otras empedrado , y en otras se asiste a reparaciones posteriores de esos suelos que, en estos nuevos casos , estaba siempre formado por tegue.

Se trata, pues, de construcciones semisubterráneas que, en unos casos, tienen planta circular u oval y techumbre de falsa cúpula, realizada mediante la técnica de aproximación de hiladas de piedra, pero, en otros son de planta rectangular y poseen una técnica constructiva más depurada que las anteriores. Entre estas últimas destaca una, donde su espacio interior está organizado en romo a un pasillo central y longitudinal, a partir del cual se disponen diferentes compartimentos, igualmente rectangulares, y dispuestos simétricamente. En el interior de alguno de ellos se disponen pequeñas construcciones, a modo de hornacinas, que debieron tener una funcionalidad destacada si tenemos en cuenta su cuidada técnica constructiva.

El acceso al interior de los conjuntos se resuelve mediante una puerta, con escalera de varios peldaños, orientada hacia el suroeste, pues pretende resguardarlos de los vientos dominantes en esta zona.

No se conoce con certeza la funcionalidad de los mismos hasta el momento, aunque se ha sugerido para el de planta rectangular una utilidad destacada, bien fuera como almacén, o como habitación relevante o de lugar de reunión de la colectividad, atendiendo a las referencias sobre los llamados «consejos» de la isla que , según las Crónicas, tenían lugar en Zonzamas.

El material arqueológico recuperado es muy importante, y refleja la dinámica característica de un asentamiento aborigen de gran entidad socio­ económica -perceptible en los más simples trabajos artesanales, en el ornamento personal o en las manifestaciones ideológicas-, así como las transformaciones que se van produciendo en el lugar por efectos de la ocupación dilatada y sistemática que en él se produce hasta el siglo XVIII.

En cuanto a los trabajos de la segunda fase, se han orientado, por el momento, a la salvaguarda de las estructuras mencionadas, pues su abandono las había condenado a un grado de deterioro que requería una intervención arqueológica en este sentido. En efecto, en primer lugar se recuperan y consolidan las estructuras mencionadas, actuándose allí donde se requiere para completar la documentación, al mismo tiempo que se elabora un proyecto arquitectónico orientado tanto a su conservación como a la adecuación de la infraestructura necesaria para su exposición, como un «Museo de Sirio» dinámico, en continua mejora y ampliación por la continuidad de los trabajos y, al mismo tiempo, como espacio para uso público complementario.

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