Fuente: Arrecife, capital de Lanzarote
Por José Manuel Clar
Los recursos a que hace referencia el Ayuntamiento de Teguise no tuvieron, en ese momento, resultado positivo alguno.
El Ayuntamiento de Teguise, con el fin de no perder una hegemonía heredada que le disputaba el Puerto del Arrecife, no quiso permanecer indiferente ante el traslado de autoridades y organismos de que estaba siendo objeto desde el año 1796.
Así luchó con innumerables recursos, exposiciones y solicitudes dirigidas a la reina, al Gobernador Civil de Canarias, al Capitán General, etc. y a cualquier autoridad capaz de resolver cuanto demandaba, pues, a pesar del evidente progreso que el Puerto del Arrecife iba adquiriendo, la responsabilidad de responder de un legado histórico, o tal vez, la terquedad de no querer admitir la evolución experimentada por el Arrecife, le hizo bregar cuanto pudo por no verse privada de sus atributos institucionales arraigados desde hacía siglos en Teguise y a los que no estaba dispuesta a ceder pese a la evidente realidad.
En esta línea de recursos, el pleno municipal acordó con fecha 8 de noviembre de 1835 elevar una exposición al Sr. Obispo de la Diócesis de Canarias, solicitando: “{…} que se restituya a la Capital la residencia del Venerable Vicario Eclesiástico de esta Isla por los perjuicios y retrasos que se causan en la Administración de justicia en este ramo no menos interesante del servicio público a causa de la residencia del actual en el Puerto del Arrecife desde el año de 182..,» 43. Justificaba esta petición el hecho de que en Teguise se hallaba la parroquia matriz de la isla, y que no era suficiente con que dicha autoridad visitara a los feligreses de la Villa el viernes de cada semana para cumplir con su labor pastoral. Tal solicitud no sería atendida.