Fuente: Lanzarote. Apuntes para su historia
Por José Manuel Clar
Cuando el segundo marqués de Lanzarote tenía 28 años de edad, en 1622, dejó el gobierno y administración del Estado a su madre, la marquesa doña Mariana Enríquez y se trasladó a Madrid con la intención de contraer matrimonio. Concretamente, y por consejo de sus parientes, con doña Luisa Bravo de Guzmán, viuda de don Antonio de Mendoza. De esta unión, en 1626, nació un niño, viéndose obligado entonces a regresar a Lanzarote, dejando en la Corte a la madre e hijo. Este hijo se llamaría don Agustín de Herrera y Rojas, como su padre y abuelo, y sería el tercer marqués de Lanzarote.