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La población de Teguise situada a los pies de la Caldera de Guanapay, conocida popularmente como «La Villa» y declarada en los años 80 «Conjunto Arquitectónico Histórico-Artístico», fue la capital de Lanzarote hasta el traslado de la sede a la ciudad de Arrecife en 1847.
En la foto podéis ver dominando la plaza principal de dicho pueblo, considerado uno de los más bonitos del interior de Lanzarote, la bellísima iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, fundada en la primera mitad del siglo XV como una sencilla construcción sin ventanas y con asientos de piedra adosados a las paredes. Por su mayor antigüedad, registra una dilatada historia de saqueos, incendios y destrucciones de las que fue objeto la población.
Consolidada como tal en el siglo XVIII con tres naves, volvió a ser incendiada en 1909 y nuevamente reconstruida con limosnas del pueblo. En este último incendio desgraciadamente se perdieron los Archivos Parroquiales de la Villa. En 1914 el obispo Ángel Marquina Corrales bendijo el nuevo templo. En esta última intervención se le añadió un prisma más a la torre para así convertirla en el elemento arquitectónico más alto de Teguise. Es la iglesia matriz de Lanzarote a la que con el tiempo se le dotó del patrimonio eclesiástico más importante en el ámbito insular y uno de los más importantes en la región.
Su interior se divide en tres naves que responden a un estilo neogótico, con retablos de escayola blanca en su Altar Mayor y en sus naves laterales bóvedas de medio punto. Una Iglesia única por su riqueza artística y monumental, trazada con un extraordinario gusto medieval, los elementos constructivos canarios tienen aquí su máxima expresión