Soo, constituye el principal núcleo donde vivió el mayor número de Moriscos-esclavos, en los siglos XVI y XVII.
Su origen aborigen, forma parte de esa amplia zona del jable, que junto con Finiqueo, El Cuchillo, «Tiago», «Munig» y «Taoiz» son citados por Torriani como núcleos habitados.
Del topónimo Soo, son conocidos Só, Soó y Sóo.
En 1735 Soo cuenta con 48 vecinos que viven de la agricultura, ganadería y pesca, es a finales del siglo XVIII cuando Soo vive el gran negocio de la barrilla, siendo esta zona la más rica para el cultivo de la preciada hierba, de toda la Isla.
El cultivo de la sandía, melones y batatas constituyen también la principal riqueza de este pueblo.
Su ermita, dedicada a San Juan, en principio edificada en un descampado, forma hoy parte de su núcleo urbano, que mantiene sus construcciones de casas aisladas rodeadas de pequeñas huertas.
En 1845 Madoz dice de Soo «que está situado al pie de la montaña de su mismo nombre y su vega está inundada por el jable, siendo el punto de la Isla en que se conserva la raza árabe tostada».
A principios del siglo XX regresan algunos emigrantes del pueblo de Soo como D. Eduardo Feo Rojas, que regresó de La Habana y se casó con D. Leonor Feo Tejera.
En 1905 Soo cuenta con 347 habitantes, y según el último censo de 1981 pasó a 593; cuenta también con una de las asociaciones culturales y deportivas más antiguas del Municipio de Teguise, la asociación «El Buen Lugar» en la que se desarrolla un amplio programa de actividades durar todo el año.