A El Mojón siempre se le ha identificado con la cerámica, y en la actualidad ha perdido esta popular tradición. Su nombre se cita para definir la auténtica cerámica de Lanzarote.
En 1735 aparece El Mojón con unos 40 vecinos (120 almas), Madoz en su diccionario de 1845-1850 dice: «Situado en un terreno de secano, sólo produce cereales cuando llueve mucho. Las mujeres de esta aldea fabrican loza de barro igual a la que usaban los aborígenes de la Isla y conserva sus mismos nombres, llamados gánigos, de Guanigo, plato en el que amasan el gofio, y se sirve cualquier otro manjar. Su población era de 27 vecinos unas 110 almas.»
Su ermita de San Juan Sebastián es del siglo XVII. El queso de El Mojón fue famoso y muy apreciado para curarlo enterrado en arcilla roja.
La nueva imagen de El Mojón se debe al trabajo y sacrificio de un hombre que hizo de este pueblo su segunda patria: D. Alfonso Tolosa Machín.