Reseña Histórica de Teguise

Fuente: Catálogo Arquitectónico del Municipio de Teguise (Lanzarote)

El Municipio de Teguise ocupa un amplio sector del norte de LanzaTeguise-2rote, incluyendo las islas del Archipiélago Chinijo (La Graciosa, Alegranza, Roque del Este, Roque del Oeste y Montaña Clara).
La Villa de Teguise se formó como ciudad hacia 1418, de manos del normando Maciot de Bethencourt, sobre lo que fue la prehispánica Gran Aldea. Se convirtió en capital de la isla y en su principal población hasta el s. XIX, momento en que Arrecife pasó a ostentar dicha capitalidad.

El contar con una atalaya natural (montaña de Guanapay), que le permitía divisar y controlar una buena porción de la isla, la altitud de sus tierras, que le facilitaba captar agua para los ganados, personas y cultivos, así como la bonanza de sus tierras muy aptas para el cultivo, fueron factores naturales que favorecieron el asentamiento de una población definitiva. Así se desarrolló una agricultura que se practicó en enarenados y en el jable.
A partir de la segunda mitad del siglo XVI, Teguise se convirtió en sede del Marquesado de Lanzarote de manos de Agustín de Herrera; conoció un crecimiento y esplendor notables en el que la arquitectura formó un papel fundamental: se fundaron templos y conventos de franciscanos y dominicos, se levantaron casas señoriales,…. El enclave se convirtió en lugar de atracción para los ataques piráticos que marcaron la historia de Teguise con saqueos, invasiones, reconstrucciones de edificios en la Villa y la construcción del Castillo de Santa Bárbara en la montaña de Guanapay como lugar de refugio y defensa.
Teguise funcionó como ciudad capital hasta bien entrado el siglo XVIII, gobernando desde ahí la isla. La arquitectura que ha llegado a nuestros días es un fiel reflejo de ese status político y social.
La Villa de Teguise es uno de los cascos históricos que mejor conservados han llegado hasta nuestros días; la pérdida de su capitalidad en el siglo XIX y la precaria situación económica a partir de esos momentos supusieron una pérdida de interés hacia esta zona, que influyó en la economía local y por tanto en su desarrollo. Ello motivó que corrientes como el Neoclasicismo, el Eclecticismo y otras más actuales no llegaran a la Villa con fuerza, por lo que prevalecen los edificios de corte mudéjar entre los que sobresalen las casas terreras y de dos plantas.

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