Hábitat agrupado y compacto

Importancia estratégica de La Real Villa de Teguise
Fuente: Boletín Informativo Aguayro. Nº 156- Noviembre-Diciembre 1984antecedentes-5
Por RAMÓN F. DÍAZ HERNÁNDEZ

La Villa de Teguise tuvo desde sus inicios una especial propensión hacia el agrupamiento de su población por una serie de factores que podemos enunciar de acuerdo con las siguientes hipótesis:
Es sobradamente conocido el hecho de que cuando la naturaleza del suelo es permeable, las aguas pluviales filtradas se concentran formando acuíferos a considerable profundidad.

Lógicamente, para aprovechar esos caudales fósiles se requiere unas obras de excavación de galerías y pozos que sólo se pueden ejecutar por aquellas sociedades que disponen de una fuerte organización social del trabajo. Una condición para ello es el hábitat concentrado y la existencia de una gran cohesión entre todos los miembros que constituyen la comunidad.
La utilización de los recursos hídricos de Famara, tan cerca de Teguise, en una zona tópicamente árida, tal vez explique lo compacto del hábitat al contrario de Tinajo más al SW.
Pero ocurre también que el régimen señorial fue el primero que se instaló en la Isla sustituyendo a la antigua organización aborigen. Los esquemas señoriales transplantados desde Europcastilloa producirían en principio una fuerte subordinación de los campesinos a los dueños de la tierra, máxime cuando la Isla renovaba su población constantemente ante el ciclo recurrente despoblación por emigración a Indias-repoblación por inmigración de escla-vos africanos. Ello implicaría la necesidad de ejercer un férreo control de la mano de obra por parte de las autoridades señoriales. Evidentemente, este control se ejecutaría con suma facilidad en el seno del agrupamiento rural. A cambio, la antigua capital ofrecía como contrapartida una cierta seguridad a sus moradores a través de las tropas estacionadas en la Villa y en la fortaleza de Guanapay.
En síntesis, podemos observar una relación entre concentración de las parcelas, actividades pastoriles, artesanía y comercio con el agrupamiento de la población en torno a un núcleo de comodidades que es al propio tiempo un centro espiritual, cultural, político, económico, administrativo y confluencia de caminos, desde los cuales es más sencillo desplazarse a los montes para el pastoreo, al mar para la pesca y comercio o a cada explotación agraria.
Pasado el peligro de las incursiones de bandas armadas, las costumbres, la inercia y la propia organización familiar del trabajo se encargan por sí solas de mantener la vida del pueblo, aun después de perdido el carácter de capital de Lanzarote.

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