Caminata por las calles de la Villa

Fuente: Francisco Hernández DelgadoTeguise

Vamos a iniciar una caminata por las calles de la Villa, una caminata distinta a la que hacemos diariamente para llegar al trabajo, al colegio, al comercio o a la casa del vecino.

Es una caminata en la que vamos a recordar de una forma sencilla pero alegre algunos retazos de la historia que encierran los muros y calles de este pueblo.

El Ayuntamiento de Teguise hace ya tiempo que inició una labor cultural rescatando de archivos y bibliotecas, todos los legajos y documentos que pudieran aporta luz a la historia de este pueblo, esa labor se ha ido plasmando en la edición de libros y folletos culturales, como la historia de nuestros Diabletes, la historia de nuestros palacios y conventos, la vida de nuestros hijos ilustres, las poesías, coplas y cuentos tradicionales o las recetas antiguas de cocina.

Hoy esos libros se convierten en palabras, que extienden por el aire de las calles de esta Villa, abramos la primera hoja de este imaginario libro y rompa el silencio el cronista.

En esta última parada, en la principal plaza de nuestro pueblo junto a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, la primera parroquia de Canarias, queremos habla r no del palacio Spínola del que ya hemos publicado su historia, sino de la llamada LA CILLA DE DIEZMOS Y MENUDOS.

En nuestra isla, desde los tiempos de la conquista se estableció el derecho de «Quintos», una quinta parte de todo lo que producía la tierra, había que entregarla a los tetrarcas lanzaroteños. Luego aparecieron los diezmos, es decir del quinto, había que dar una décima parte a la iglesia.

La Iglesia para guardar todos los diezmos que recibía, levantó las llamadas Cillas, que deben su nombre al Cillero o encargado de estos almacenes o depósitos.

Tenemos noticias de la Cilla de Teguise, desde 1565, también sabemos que fue saqueada por los moros en 1569 por Calafate, en 1571 por Dogalí, en 1586 por Morato Arráez y en 1618 por Sabán Arraez y Solimán en que la destruyó.

La que contemplamos ahora fue levantada en 1680, siendo su constructor el maestro Marcial Sánchez y su Mayordomo de fábrica Don Pedro Machado, racionero y hacedor de las rentas decimales de Lanzarote y Fuerteventura.

La Cilla constituye hoy un monumento arquitectónico importante en el conjunto histórico de Teguise, pero también sé un testigo mudo de la historia del sufrido agricultor y ganadero Lanzaroteño.

Hemos decidido esta segunda parada junto a la cruz, cruz que de alguna manera nos recuerda la fiesta de Mayo, la fiesta de las flores, la fiesta de las cruces.

Una fiesta que se originó en el siglo IV de nuestra era y que se inició en Canarias con la llegada de los Franciscanos y se potenció con las fiestas de las flores en el mes de Mayo dedicado a la Virgen María.

Los conquistadores, levantaban una cruz en aquellos lugares visibles de los pueblos y aldeas que iban sometiendo. Luego junto a las ermitas y más tarde en las fachadas de las principales casas.
La Villa de Teguise, como antigua capital de la isla, contaba desde muy antigua con grandes cruces en las fachadas de algunas casas. El adorno de estas cruces en el mes de mayo era motivo de fiesta para sus vecinos, no solo se adornaban las grandes cruces, sino que en muchas casas se formaban con unas tablas unas pequeñas cruces que también se adornaban con flores.

A principio del siglo XX Teguise ya contaba con las llamadas cruces del vía cruces, además de las dos pequeñas urnas con la imagen de la Virgen situadas la una en casa Felipe y la otra en esquina de la Molina de Robayna.

Las cruces forman parte de patrimonio histórico cultural de nuestro pueblo.

En 1923, se establece en la Villa de Teguise, el cuartel de la Guardia Civil y lo hacCasa Cuartel Guardia Civile en este edificio, que fue alquilado para tal fin.

Este hecho no solo vino a dar seguridad ciudadana a la Villa y los pueblos cerca nos, sino que potenció la unión de los vecinos con las fuerzas del orden. La fiesta de en honor a la patrona de la Guardia Civil llenaba de colorido las calles y fachadas de los edificios.

Todas las personas mayores, recuerda n la fiesta que con motivo de la entrega de una bandera al cuerpo de la guardia civil, se organizó en la Villa de Teguise.

Se oficio una misa de campaña y actuaron como padrinos en la bendición de la misma, la señorita Sara Pérez y Mamerto Perdomo, el comandante del Destacamento Emilio Nadal, dijo en su discurso de agradecimiento entre otras cosas..

………Los cultos, laboriosos y honrados teguisenses no tienen porqué temer y asustarse de la presencia del típico tricornio, que solo a los malos infunde pavor ……….

Hoy, cerca de cuarenta años después de la presencia del benemérito cuerpo en este edificio, acercarnos a sus muros es abrir una página de la historia de nuestro pueblo, pueblo que convivió y compartió con la guardia civil, también otros cuarenta años.

La calle los árboles, es el mejor ejemplo de lo que en su día, planificaron y programaron para la Villa aquella asociación denominada Amigos de Teguise que fundara Don Luis Ramírez.img076

Más de 180 árboles llenaba n las calles y plazas de nuestro pueblo, este hecho tan importante en la época, fue objeto de noticia en los principales periódicos de la región.

Y cuando la corporación municipal quiere rendir un homenaje a Don Luis Ramírez, proclamándolo hijo adoptivo de este pueblo, reconoce en su argumentación que lo hace por el cariño y aprecio que sentía hacia Teguise y sobre todo por su labor para embellecer las calles y plazas con los árboles.

Pero aquí a la sombra de estos árboles también venían los vecinos de Soo con sus familia res muertos para velarlos en una habitación y aquí también era el escena rio del más bello altar de corpus levantado en la puerta principal de la hoy llamada Casa Hogar.

Nunca, en un espacio tan corto, podemos traer a la memoria tantos recuerdos, que las lágrimas por lo que no vemos sirvan al menos para humedecer los secos troncos de estos testigos, para que al igual que hoy recuerden a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, la historia que nunca debemos olvidar.

Cuando éramos niños y entrábamos en esta iglesia de la Vera Cruz, mirábamos a con el rabillo del ojo al Cristo que clavado en la cruz parecía que todavía sentía en su frente el desgarrón de la corona clavada de espina.
Era impresionante ver la imagen en las calles de esta Villa con su pelo natural sacudidiglesia-vera cruzo por el viento a hombros de fuertes hombres, devotos de la toda la vida, que soportaban el dolor del trono con su cruz, como ofrenda de amor hacia el Cristo que en esos días de semana santa parecía más humano que nunca y más divino que ninguna otra imagen.

Hasta hace muy poco se nos decía que el Cristo de la vera Cruz había aparecido en las aguas de Famara. Pero ya se puede afirmar porque se ha localizado los documentos en los que se registra la historia de del Cristo y de esta iglesia de la Vera, documentos que ya fueron publicados por el Ayuntamiento de Teguise. Fueron localizados en el archivo particular de don Francisco Bravo de Laguna y Manrique de Lara. En ellos aparece como unos de los primeros fundadores de esta iglesia el Capitán Locas Gutiérrez Melián, fallecido en 1661. Ellos establecieron la fiesta de la Vera Cruz y su procesión y habían comprado la imagen en Portugal unos años antes de morir. Su mujer María Jesús y su hijo Juan Gutiérrez heredan el patronato de esta ermita, ermita que se construye en el llano llamado del Juego de la Pelota.

Vera Cruz es la referencia obligada en nuestra Siempre llorada pero nunca olvidada Semana Santa.

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