Fuente: Patrimonio histórico de Canarias: Lanzarote, Fuerteventura.
Por Francisco Hernández Delgado
Los rituales en demanda de lluvia, coronación de reyes, adoración a los dioses, celebración de la siembra y recolección, constituían las principales manifestaciones festivas de los antiguos mahos.
La devoción mariana de los lanzaroteños, desde los primeros momentos de la Conquista, tiene su principal motivación en el hecho de ser Teguise la sede de la primera imagen de la Virgen en la isla.
El hambre, la falta de lluvia, las epidemias, las plagas, los ataques piratas y, en especial, las erupciones volcánicas obligaron a los habitantes de Lanzarote a pedir clemencia a la sagrada imagen de la Madre de Dios. Estas rogativas y plegarias dieron origen a las romerías, de las que existen numerosos testimonios desde el siglo XVII, destacando las del Socorro y de Ntra. Sra. de Guadalupe y, desde su inicio el 17 de Marzo de 1725, la de Ntra. Sra. de Las Nieves, a la que se dio el título de «patrona y abogada medianera entre los hombres y Dios». Las erupciones volcánicas de 1730, y la intervención milagrosa de la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de Los Dolores fueron inicio de otra de las grandes fiestas romeras, convirtiéndose en una de las más significativas de Lanzarote.
El Cabildo General de 1725, establecido en Teguise, destacaba como fiestas principales de la isla las de San Marcial, San Agustín, Las Nieves, San Leandro, Corpus, Navidad y las de la patrona de la parroquia, Nuestra Señora de Guadalupe. Diversos actos populares acompañaban estas fiestas: fuegos artificiales, carreras de caballos, lucha canaria, bailes …
Hoy en día, en Lanzarote destacan las fiestas de Carnaval, Los Dolores, San Ginés, EL Carmen, San Marcial y las fiestas locales que celebra cada pueblo y que se concentran en su mayoría entre los meses de mayo y septiembre.
Pero si existe alguna tradición popular que, de alguna manera, nos une con los rituales festivos de los mahos, estas son las de los Buches y los Diabletes.
Los Diabletes de Teguise simbolizan el «macho cabrío», máscara utilizada por los mahos en sus danzas rituales. Incorporados a la fiesta del Corpus por los franciscanos, la música del tambor era interpretada por los esclavos negros, en una simbiosis que significaba el reencuentro de dos culturas con un mismo origen, en tanto que muchas de las tradiciones de los antiguos diablos conservan aún hoy en pueblos de la cercana costa africana .
Los franciscanos aprovecharon los fundamentos de los danzantes mahos y en el culto cristiano
escenificaron la lucha entre el bien y el mal. La fiesta del Corpus era la mayor manifestación cultural de Lanzarote y, con motivo del nacimiento de Felipe II, los festejos se duplican y los danzantes mahos reciben el nombre de Diabletes, siendo sus ropas costeadas por el Cabildo. Teguise viste sus mejores galas para recibir a los habitantes de toda la isla y sus calles se llenan de caballeros, soldados, monjes … Entre esta multitud destaca la «Danza de los Diabletes», que han cambiado sus vestidos de piel por el lino o el «lienzo casero» realizado en los más de 400 telares existentes en la isla.
Teguise, centro de la política insular, fue foco de irradiación cultural entre Europa y América durante siglos. Este intercambio cultural influyó decisivamente en la máscara del Diablete , pasando de macho cabrío a buey. En 1777, una Real Cédula disponía entre otras cosas: «… no se tolerará la corruptela de bailar los días de fiesta delante de alguna imagen …». Los Diabletes participaron ese mismo año en el Carnaval, y siguieron saliendo en Corpus hasta que el obispo Tavira los prohibió por completo.
Recuperados actualmente, los Diabletes significan para Teguise la única manifestación cultural de las fiestas del Carnaval, siendo los jóvenes los que mayor interés han tomado en mantener esta tradición. Con el objetivo de potenciar la figura del Diablete han creado una asociación cultural, continuando la labor iniciada hace años por el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Teguise, involucrando con ellos a sus familias, que participan confeccionando el traje de «muselina» o lana.
El Diablete es hoy parre del patrimonio cultural de Teguise y la máscara, sus saltos y carreras, representa para sus gentes una imagen viva de su historia e identidad.