Fuente: Patrimonio histórico de Canarias: Lanzarote, Fuerteventura.
Por María Teresa Rosario León
Uno de los aspectos más significativos de la arquitectura de Lanzarote y especialmente de su antigua capital, Teguise, es su integración en el paisaje.
Así, los planos limpios y los cubos prismáticos de sus edificios parecen emerger de la naturaleza circundante, lográndose una particular percepción visual que se enriquece además con el contraste de matices que da la piedra volcánica -cuyo uso se restringe a determinados elementos-, y los blancos enlucidos de los paramentos.
A esta estética se une el empleo de materiales rudimentarios (cubiertas de tortas o losetas coloradas) que proclaman un lenguaje propio hecho de formas y colores, de texturas y volúmenes, siempre en estrecha relación con el marco ambiental. Una característica peculiar es la ausencia de balcones y celosías en las fachadas, pues sólo la que fuera Casa-cuartel de la Guardia Civil puede citarse como excepción. Por lo que respecta al caserío, éste ha sufrido pocas renovaciones, y el estado general de la villa es actualmente de extraordinaria homogeneidad. Sin duda, Teguise constituye uno de los núcleos urbanos mejor conservados de toda Canarias.
De los múltiples ejemplos de arquitectura civil de la Villa destacarnos por su importancia los siguientes:
Casa Spínola: Ubicada frente a la plaza principal de la villa -plaza de la Constitución-, constituye la vivienda más importante de las conservadas en Teguise. Fue construida por José Feo Peraza entre 1730 y 1780. Su acceso principal, con marco de piedra, puerta de cuarterones y escalones pétreos ante ella, comunica con el patio a través del zaguán, a cuyos lados se abren sendas salas; junto a una de ellas está situada la capilla, cuya cabecera se orienta hacia el patio trasero. Esta vivienda se articula en una sola planta en su zona anterior, mientras que en la posterior se elevan sobre la azotea otras dependencias, así como una chimenea de interesante diseño.
Casa Cilla: Cierra la plaza de la Constitución en uno de sus flancos. Fue utilizada en épocas anteriores como silo y posteriormente como lugar de diezmos. Data del siglo XVII y consta de dos cuerpos longitudinales adosados, cubiertos con teja a dos aguas. Su portada enmarcada en cantería se ubica justamente en la unión de ambos cuerpos. Interiormente conserva un lagar.
Casa Torres: Inmueble del siglo XVIII, dispuesto a dos calles -calle Nueva, 5 e Higuera, 5. Presenta esquineras en cantería vista; del mismo material es la escalinata semicircular que precede a la puerta principal del edificio, desarrollado en una sola planta, en la que destacan ventanas adinteladas. Su parte posterior se articula en dos plantas en cuya zona baja sobresalen varias ranuras enmarcadas con cantería que recuerdan
a garitas.
Casa-cuartel de la Guardia Civil: Edificación de carácter agropecuario que con el desarrollo de la villa quedó incluida en el casco urbano -calle José Antonio, 2. Conserva todos sus elementos primitivos, como las cubiertas a dos aguas, los muretes de cerramiento, el zaguán con piso de losa y armadura de par y nudillo, y de manera excepcional, un balcón en madera cerrado por la cubierta principal.
Casa parroquial: Edificio del siglo XIX y estilo ecléctico -calle Flores, 3- articulado en una sola planta cuadrada con patio interior. De ella sobresale su fachada, compuesta por tres huecos de ventanas verticales rematadas por frontones triangulares de madera de corte clasicista; la puerta se enmarca en piedra labrada y se corona con un frontón triangular del mismo material, profusamente decorado con molduras.