El 6 de febrero de 1.909, la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de la Villa de Teguise, sufrió un terrible incendio, sus techos, imágenes, retablos y todo cuanto se encontraba en su interior quedó completamente destruido. Entre los muebles que fueron pasto de las llamas se encontraba el órgano que estaba en el coro
De siempre fue preocupación de los señores obispos en sus visitas a esta Parroquia, el que contara con un órgano de acuerdo con la categoría del Templo, uno de los más bellos de Canarias a decir de Viera. Así queda reflejado en la visita del obispo fray Valentín de Moran en 1.753 y en la que realizó Juan Bautista en 1.773.
El órgano original fue comprado por once mil trescientos reales, siendo mayordomo de fábrica Don Luis Betancort Lemes, y las últimas obras de restauración, antes del incendio de 1 909, fueron realizadas por el sacerdote Don Juan Melián Armas en 1.891.
El 9 de febrero de 1.909, apenas tres días después del incendio, se reúnen en la casa parroquial el sacerdote Don Antonio Gil Santana, el alcalde Don José Perdomo Vega, el juez Don Domingo Cancio Pérez, el médico Don José Ninot Ferrán y Don José Ramírez Vega, y acuerdan formar una Junta Permanente, para iniciar la reparación del Templo Parroquial.
Las primeras medidas adoptadas fueron iniciar los trabajos de limpieza, cubrir el techo e intentar obtener un órgano.
En 1.915, el Señor Obispo regala a la Parroquia de Teguise un órgano muy antiguo que perteneció a la ciudad de Gáldar, y así, el 15 de junio de ese mismo año, es colocado en el coro por el maestro de obras Juan Martín Armas
En 1.925, el órgano se encontraba en muy mal estado, por lo que el sacerdote Don Pedro Pérez Rodríguez, contando con la ayuda económica de Don José Ramírez Vega, contrató los servicios del artista y compositor de órganos, Don Amador López del Rosario, para restaurarlo.
El órgano fue reparado utilizando piezas de un piano que perteneció a la Iglesia de la Vera Cruz. En el contrato de trabajo del artista se incluían las obras a realizar: «un fuelle nuevo y de potencia mayor que la que hoy tiene. Las reparaciones debidas en conductores de aire, mecanismos secretos y válvulas del mismo. Una escala cromática de contras y bajos profundas completa. Dos registros nuevos que imiten el canto de los mejores pájaros canarios, fuerte uno y más suave el otro. Una tubería nueva en el frontispicio exterior de zinc o plomo que lo mismo debe tocar que dar vista y elegancia al exterior, teniendo las planchas de que se construya el grueso de dos pesetas por lo menos que se garanticen su sonido y duración. Afinación y limpieza de todo el muelle y un nuevo teclado de marfil y este transpositor y aumentado con tres teclas a derecha e izquierda del que hoy tiene. Un barnizado doble en todo su exterior y esmalte plateado en los caños exteriores del frontis que lo mismo aumenten su belleza y vista que garanticen su sonido y duración. Los registros de trompetas de metal amarillo al frontis, de clarines el uno y de batalla el otro»
En un informe que sobre este órgano hizo el prestigioso constructor de órganos Gehrard Grenzimg, afirma que en la construcción del mismo se aprecian dos escuelas diferentes, una perteneciente a la segunda mitad del siglo XVIII y otra que podía situar en el siglo XVII o incluso anterior.