Fuente: Hambrunas, epidemias y sanidad en Lanzarote
Por Francisco Hernández Delgado
Mª Dolores Rodríguez armas
El cementerio de Teguise, se construyó en 1814, pero basta 1822 no se Había construido ninguna capilla.
El 31 de marzo de 1829, Manuel García Carrión comunica al Jefe Político Superior, el estado en que se encuentra el Cementerio de Teguise:
«Se ha dado razón de que el que hay en esta Villa es bastante regular y capaz por su construcción y situación sin embargo de no hallarse aun construida la fábrica, sobre cuyo particular se tiene representado al Gobierno Superior Político de la Provincia con fecha 8 de septiembre del año próximo pasado sin que hasta ahora nada se ha resuelto».
En 1902, Bonifacio García trabajó en el cementerio de Teguise, reparando los muros, haciendo obras en el Sotano, se puso la cruz de madera de riga sobre la puerta principal, se colocaron las dos macetas de piedra en las esquinas del frontis y se techó la casa mortuoria del cementerio. Todo costeado por la Parroquia de Teguise.
El 29 de octubre de 1919 se comunica a Luis Ramírez Vega que el Sr. Obispo había dado la autorización para que se pudiera utilizar para el culto la Capilla del Cementerio, levantada por el propio Luis Ramírez como panteón familiar.
En los presupuestos del Ayuntamiento de Teguise correspondientes al año 1920, se consignaba una cantidad de 50 pesetas para «para material y construcción de Cajas para la conducción de cadáveres de familias pobres».
En 1930, se inician las gestiones para comprar un solar propiedad de Ana Spínola Feo, situado en el camino de las Canteras, para construir un nuevo cementerio.
El 9 de julio de 1931, el Delegado del Gobierno Provisional de la República ordena que la Administración de los Cementerios civiles unidos a los católicos sea exclusiva competencia de las autoridades municipales; por tanto todos los ayuntamientos de Lanzarote comunican a los sacerdotes que deberían entregar las llaves de los cementerios que hasta esa fecha estuvieron administrados por las parroquias.
En 1931, se nombra Fosero del cementerio de Teguise a Felipe Armas Caraballo, con un sueldo anual de ciento cincuenta pesetas, para apertura de fosas para pobres del término municipal y limpieza y cuidado del Cementerio.
El 1 de junio de 1933, el entonces párroco de Teguise, Nicolás Rodríguez, contesta al Ayuntamiento, sobre la incautación del cementerio de Teguise:
«Haciendo uso del derecho de hacer manifestaciones y de hacerlas constar en el acta que ha de levantarse por el secretario del Áyuntamiento del hecho de incautación, de conformidad todo ello al art. 8 del Reglamento de 8 de abril próximo pasado para la aplicación de la ley de 30 de enero de 1932,
Declaro como Párroco de Teguise,
1º. Que siempre desde tiempo inmemorial, el Cementerio de esta Villa ha estado en posesión pacífica de la Iglesia parroquial cuyo párroco he sido por eso su único administrador, no contando por escrito ningún documento en este Archivo, que así lo acredite, pues casi la totalidad de éste fue destruido por el incendio de la iglesia el año 1909. Si de tal posesión obran antecedentes y documentos acreditativos en la Secretaría del Obispado, lo ignoro en estos momentos.
2º. Que entiendo que con la incautación se lesiona gravemente los derechos de la Iglesia.
3º. Que en la representación que ostento, lamento el hecho, tanto más cuanto ni la citada Ley ni el Regla mentó, imponen obligación de incautarse los Cementerios parroquiales (art. Ia párrafo 2° de la Ley, art. 8 del Reglamento), pues se dice «podrán » los Ayuntamientos etc., etc.
4º. Que reservo para la Parroquia de Teguise como propietaria del Cementerio parroquial respectivo todas las acciones y derechos que procedan a tenor de las disposiciones citadas y demás vigentes o por dictarse.
5º. Que sólo accedo a entregar la llave porque se me exige.
6°. Que entiendo finalmente que a nadie que pertenezca a la Iglesia Católica, le es lícito cooperar a privar a la Iglesia de sus bienes o derechos y que la privación puede llevar consigo las penas que la Iglesia tiene establecidas en su Código, desde luego que prescindiendo de esto, no atrae bendiciones sobre los autores, ni sobre sus familiares y pueblos.
Así lo entiende leal y noblemente el actual Párroco de Teguise, que hace estas manifestaciones, con todo respeto debido a personas y autoridades, y en descargo de su conciencia, plenamente consciente de su responsabilidad y de la gravedad del momento presente».
A pesar de las manifestaciones del sacerdote de Teguise, la incautación se llevó a cabo con fecha 27 de junio de 1933.
En 1945, se inicia el expediente para ampliar el cementerio de Teguise, encargándose el proyecto al maestro de obras Miguel Llivina Bonet. El proyecto recoge que la ampliación se haga hacia el Naciente, con una superficie de ampliación de novecientos metros cuadrados. Tendrá una escalera de acceso a la ampliación.
La ampliación se hizo con una ayuda económica aportada por el Capitán General de Canarias, Jefe del Mando Económico, Francisco García Escámez e Iniesta.
Con fecha 11 de abril de 1945, se hace entrega oficial al párroco de Teguise de la propiedad de la ampliación que se había hecbo en el cementerio. En dicho acto estuvo presente el Teniente Coronel Comandante Militar de Lanzarote, Román León Villaverde.
Destacan en el cementerio de Teguise, las capillas, el sótano y la tumba en forma de pirámide que se localiza frente a la entrada principal.
En 1974, la Corporación Municipal acuerda la construcción de un nuevo cementerio católico-civil y se elige como lugar de emplazamiento el lugar denominado Los Clavijos, situado a unos 1.000 metros de distancia de la Villa. Las obras finalizaron en 1979 y, siendo la primera persona enterrada una señora de Nazaret de nombre Nieves, al nuevo Cementerio se le llamó ”Nuestra Señora de Las Nieves”