Desde Teguise, antigua capital, se fomentaron las distintas fiestas patronales de la isla de Lanzarote. Algunas tienen su origen en el S. XVI, como la adoración a la Virgen de las Nieves, patrona de los teguiseños, que celebran su festividad el día 5 de agosto de cada año. Junto a ella y la de Nuestra Sra. del Carmen, que se celebra el 16 de julio como fiesta principal.
Los «Diabletes» de Teguise son la más bella estampa de una tradición popular, producto de la mezcla de creencias aborígenes con los elementos castellanos y conexiones brujeriles nacidas sobre todo desde el siglo XV, cuando llegan a Teguise los primeros esclavos moriscos y negros con sus prácticas supersticiosas.
La figura del «Diablete» aparece en Teguise, encarnada en el macho cabrío, símbolo de virilidad y fecundidad. Los bailes de brujas y diabletes interpretados por pastores, tenían lugar en las noches que separan la Navidad de la Epifanía y en especial la noche del 31.
La careta de los Diabletes se reforma, pasando de la representación del macho cabrío a la de un toro, con sus cuernos y lengua, el pantalón y chaqueta cerrada son pintados con rombos rojos y negros, los esquilones son hechos por herreros o de madera en forma de cascabel, el zurrón de cabrito está unido a un palo con una cuerda, cuyo objetivo es el de asustar a los niños y jóvenes.