La pesca en el banco canario-sahariano

Fuente: La Graciosa Estudio histórico y geográficoF. Javier González Viera – Pilar Morín Pérez – J. Ezequiel acosta Rodríguez

En las décadas de los años veinte y treinta, se desarrolla la industria de salazón conejera, que se ocupará de abastecer el mercado nacional durante la Guerra Civil española. Muchos marineros gracioseros enfilaron sus pequeños barquillos de vela, menores de ocho o nueve metros, hacia el banco pesquero canario-sahariano, o se embarcaban en los balandros, embarcaciones de vela de mayor envergadura, de la burguesía arrecifeña, en busca de la corvina, principal especie utilizada por la industria de salazón conejera.

Los beneficios obtenidos de estas zafras permitieron una primera acumulación de capital, que se invertirá en la compra de balandros, permitiendo unos beneficios cada vez mayores.

Los medios utilizados eran muy rudimentarios: llegaban a los caladeros orientándose por las estrellas, pues no contaban con brújula ni compás, y las artes usadas eran la liña y unas redes especiales de cerco llamadas corvineras. La estancia media en la costa africana era de seis a ocho meses, en unas condiciones muy desfavorables, pues pasaban semanas sin tocar tierra, durmiendo en el pequeño barco en colchones de saco y paja y haciendo todas sus comidas, a base de pescado y gofio, en el barco.
La pesca de los conejeros y gracioseros en el banco canario­ sahariano ofrecía varias modalidades(1):
-Pesca Chica: se hacía con nasas y liñas, preparándose el pescado, en su mayor parte, salpreso o bacalao. Los veleros lanzaroteños frecuentaban las canteras situadas entre cabo Juby y el Cabiño, a la captura de samas, chopas, burros, tollos, tasarte y cefalópodos principalmente.
-Zafra de la Pesca Grande: cuya especie principal era la corvina, capturándose en primavera y verano en aguas de la bahía del Galgo.
-Entremezclado: faenando en ambas zonas y capturando las especies propias de cada una de ellas (2).

La comercialización de este pescado se hacía principalmente de forma directa a la empresas, las cuales disponían en el banco algunos barcos fondeados, denominados «puntones», donde se llevaba a cabo la venta y la preparación del pescado antes de enviarlo a los secaderos de las islas. También se vendía a las factorías españolas instaladas en la zona, para el posterior consumo en las islas. Una de las compañías más fuertes era la francesa
S.I.G.P. (Sociedad Industrial General de Pesca), fundada por Pierre Bari, que contaba con una inmensa factoría en Port Etienne. Esta sociedad tenía acuerdos con los pescadores canarios para la compra del pescado, adelantando, en ocasiones, algún dinero a cuenta de la venta del mismo.

El pescado de la zafra corvinera se preparaba seco y salado, y su destino, después de perder el mercado nacional, eran algunos países de África, como Guinea, Congo, etc. Hacia finales de la década de los años cincuenta las exportaciones de pescado salado sufren una drástica reducción, la causa hay que buscarla en la competencia de ciertos países y colonias que lo producen mucho más barato, ejemplo de ello son las factorías que los portugueses montaron en Angola, que condujeron a la pérdida del mercado del Congo Belga, que era una de las colonias africanas que realizaba las mayores compras de este tipo de pescado (3)
La pérdida del mercado tradicional de salazones obligó al cierre de las empresas de salazón conejeras, siendo sustituidas por industrias orientadas hacia las conservas de pescado. Estas industrias basaban su producción en la sardina y en el atún, lo que obligó a una reconversión de la flota insular, sustituyéndose los antiguos veleros por barcos especializados en las necesidades de las nuevas empresas. Así, las conserveras comenzaron a traer barcos sardinales, de madera, primero, y de casco de hierro, luego, para la captura de sardinas, y bermeanos, para la pesca del atún(4). Los capitales acumulados durante la época dorada de la industria de salazón de Lanzarote con vencieron a algunos armadores gracioseros para invertir sus ganancias en la compra de sardinales para satisfacer las demandas de las industrias conserveras . Años después, cuando las industrias del sector compraron los grandes sardinales de casco de hierro, los barcos de madera se hicieron muy poco rentables, por lo que algunos armadores de La Graciosa los sustituyeron por bermeanos para la captura del atún, e incluso se hicieron con dos sardinales, de 155 y 314 toneladas de registro bruto, para competir con la flota
de las conserveras y con las sociedades conejeras propietarias de varias embarcaciones de este tipo. En la actualidad, merced a la reducción de tonelaje impuesta por los tratados de pesca, y a pesar de haber sido muy numerosa hace muy pocos años, la flota atunera en poder de gracioseros sólo es de siete bermeanos, de un total de nueve del total de la flota lanzaroteña, de los que cinco sobrepasan las cien toneladas de registro bruto.
A mediados de la década de los años ochenta el entramado industrial conservero conejero sufre una drástica recesión, comenzando a cerrar la mayoría de las empresas del sector. La crisis fue tan importante que en la actualidad sólo queda una empresa, Garavilla S.A., dedicada a las conservas de atún y sardinas, y dos industrias, HARIMARSA y AGRAMAR, orientadas a la reducción de sardinas para la obtención de harinas y aceites de pescado.
Las causas de la crisis del sector son muy variadas (5)

-Los tratados de pesca con el Reino de Marruecos y con la República Islámica de Mauritania .Estos tratados han reducido cada vez más tanto el tonelaje de la flota con licencia de pesca en aguas jurisdiccionales de estos países, como las capturas autorizadas, a la vez que han aumentado los cánones para poder desarrollar la pesca en sus aguas y las contrapartidas económicas que la Unión Europea tiene que satisfacer a cambio del derecho de pesca.
-La entrada de España en la Unión Europea, que obligó a la contingentación de enlatados de pescado.
-La disminución de las compras de los principales clientes de este tipo de productos, fundamentalmente Nigeria.

Ante esta situación los armadores de atuneros conejeros y gracioseros han tenido que buscar nuevas estrategias para la comercialización de sus capturas(6) recurriendo a la formación de una sociedad que se encarga de comprar el atún a los armadores de Lanzarote, Fuerteventura y La Graciosa . La primera experiencia de este tipo se llevó a cabo a principio s de los años noventa con la sociedad LANZAFRICA que, por errores administrativos, fracasó. En los últimos años la cofradía de San Ginés ha creado la Organización de Productores de Túnidos y Pesca Fresca de la Provincia de Las Palmas, ésta se encarga de comprar el atún a los armadores y de fletar varios aviones semanales con destino a Madrid y Barcelona, mientras que la industria de subproductos AGRAMAR, S.A. les alquila sus cámaras frigoríficas para la conservación del atún. Actualmente, esta sociedad se encarga también de la comercialización de la merluza.
Este sistema ha dado excelentes resultados, pues incluso se ha conseguido exportar, con unas condiciones especiales de preparación y conservación, cierta cantidad de túnidos a Japón, que han llegado a pagarse hasta a 8.000 pts/kg, aunque lo normal es que los japoneses lo paguen entre 3 y 4.000 pts/kg, mientras que en Madrid sólo se paga a quinientas pts/kg.
La flota sardinal, sin embargo, no ha podido encontrar vías alternativas a la comercialización tradicional de estos pelágicos, pues en la actualidad más del 90% de sus capturas van destinadas al sector reductor conejero, formado por HARIMARSA y AGRAMAR, tan sólo un 6% es absorbido por la única empresa de conservas que queda en Arrecife, Garavilla, S. A., mientras que el resto va destinado al consumo directo en las islas.

(1)-García Cabrera, C.: El Banco Pesquero Sahariano… op. cit. pp. 169- 180.
(2)-Betancort Betancort, A. R.: «Breves Notas de la Evolución de la Pesca en la Isla de Lanzarote». I Jornadas sobre Lanzarote y Fuerteventura. Cabildos Insulares de Lanzarote y Fuerteventura. Puerto del Rosario, 1987. p. 422.
(3)-Macías Hernández, A. M.: op. cit. p. 31.
(4)-Acosta Rodríguez, J. E.: «La pesca artesanal de altura en Lanzarote y la industria derivada». VI Jornadas de Estudio sobre Lanzarote y Fuerteventura. Excmo. Cabildo Insular de Lanzarote. En prensa.
(5)- Acosta Rodríguez, J. E.: «La pesca de altura en Lanzarote …». op. cit. En prensa.
(6)- Acosta Rodríguez, J. E.: «La pesca de altura en Lanzarote…». op. cit. En Prensa

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