La historia de nuestros pueblos
Fuente: Lancelot nº 484 – 10-10-92
Por Francisco Hernández Delgado
Los grabados rupestres y las cerámicas, descubiertas en «Juan Del Hierro» y «Caldera Trasera», demuestran que el pueblo de Soo, surge sobre una zona de asentamientos aborígenes.
La montaña de Soo, con sus más de 3.000 años de antigüedad, es el fiel testigo de la más grande y primitiva historia de Lanzarote, oculta bajo las arenas del Jable. Torriani en su Descripttione de 1.592, cita a la aldea de Soo, junto con Tiago, Munig y Taoiz como núcleos del Jable; entre los topónimos de Soo se conocen Só, Soó y Sóo.
En un documento que nos ha sido facilitado por D. Francisco Rodríguez Ferrer, hemos descubierto entre otras citas referentes a varios lugares de Lanzarote, una que fechada el 27 de Septiembre de 1.610 dice:
«María Jesús, nieta de Jorge De Acebedo que había comprado seis fanegas de tierra en el término de Soo».
Las Maretas de Soo, pertenecían al pueblo, que aprovechaba u agua hasta su última gota, pues en tiempo de escasez, la tenían que traer desde Famara o desde la Mareta de Teguise, hay un documento del Personero General, donde, para pedir el perdón de las contribuciones por las malas cosechas, explicaba que los habitantes de muchas aldeas hacían gofio con las pepitas de los «Higos Porretos», y las mujeres de Soo tenían que atravesar el Jable con sus hijos pequeños mientras llevaban sobre su cabeza un botijo con agua.
En las Sinodales del Obispo Cámara y Murga de 1.629, aparece esta aldea con unos 140 habitantes, número que mantiene hasta 1.735 y es únicamente a partir de 1.740, cuando experimenta una pequeña subida, sobre todo después de las primeras plantaciones de barrilla en la Capellanía del cura José García Durán.
La zona de Soo, reunía unas buenas condiciones para el cultivo de la barrilla, pero antes que este gran negocio cambiara toda la agricultura, Soo, igual que el resto de los pueblos de la isla, pasó unos años muy difíciles, que tuvieron su punto culminante en 1.771, más de 2.700 personas murieron de sed y hambre en Lanzarote, mientras Soo había reducido su población a unos 100 habitantes.
Es a partir de 1 .785/86 cuando tiene lugar las primeras exportaciones de barrilla, más del 50% procedía de la zona Soo-Cuchillo y Muñique. En 1.798 la producción fue de 43.000 quintales, logrando en 1.808 más de 100.000.
En el inventario de libros de las ermitas de la isla de Lanzarote de enero de 1.679, aparece el correspondiente a la ermita de San Juan, se refiere a la ermita de Soo, que había sido sepultada por el volcán y las arenas, pues así lo hace constar el Obispo Dávila en sus Sinodales de 1.734.
En 1 .772, tiene lugar el traslado de la imagen de San Juan Bautista, desde Teguise a la ermita de Soo. Cuatro años después el Compendio dice:
«A POCA DISTANCIA DE LA BOCA DE FAMARA Y SOBRE SUS JABLES O ARENAS BLANCAS QUE POR ESTA PARTE SE EXTIENDEN MUCHO EL QUE LLAMAN EL LUGAR DE SOO DE 29 VECINOS Y TIENE UNA CAPILLA DE SAN JUAN EVANGELISTA».
En 1.784, José Guillén que poseía varias fincas en Montaña Chiquita y en la Joya del Mulato, cede 4 fanegas para el Sr. Obispo.
Hasta el año 1.835, se decía todos los domingos una misa en el oratorio de la Cárcel Real de Teguise, que se pagaba con las rentas producidas en las fincas propiedad del Capitán Gaspar Rodríguez Carrasco, situadas en Las Manchas de Soo, junto al camino que va a Famara.
En el informe realizado el 18 de Febrero de 1.835 por Marcial Ferrera alcalde pedáneo de Soo dice:
«Que en este pueblo no hay quien tenga telares ejercitados en tejer ninguna clase de telas, sólo MANUELA ROJAS , ISABEL TEJERA. MICAELA ACOSTA y JOSE MARTIN, eran los que solían hacer algunos tejidos y estos eran … de lana, para hacer costales y algunas varas de lienzo casero»
En 1.856 se establecen dos comercios y eran sus titulares los vecinos María García y Francisco Guillén, contaba entonces Soo con 96 viviendas.
Los terrenos del Jable, una vez abandonado el cultivo de la barrilla fueron aprovechados para la plantación de sandías, melones y batatas, cuya calidad se conserva hoy día a pesar del tiempo trascurrido.
Desde varios años atrás, el pueblo de Soo practicaba el deporte de la PELOTA MANO, por eso cuando en 1.868 el vecino Juan Guillén Ferrer, pretendía fabricar una casa en un llano, el pueblo se manifestó, diciendo que aquel llano era el del Juego de la Pelota y que además era utilizado por todos como una era, por lo que se consideraba un bien público.
Tiagua y Teguise compartían este deporte que tenía tal apoyo popular, que cuando la tuberculosis hizo estragos en este pueblo, se organizaron torneos para recabar fondos para los enfermos.
Los terrenos que rodeaban la ermita de San Juan pertenecían a un patronato de los conventos de Teguise, pero con la desamortización, pasaron al estado, que cada cuatro años los subastaba, correspondiendo la subasta de 1.874 a Juan Guillén Perrera que se la adjudicó por 10 reales vellón.
A finales del siglo XIX, estas tierras eran propiedad de Rafael García Rodríguez, quien en 1.906 las vendió a Domingo Rojas Alvarez, que era sargento 1º de la 1ª compañía del Batallón Provisional de Lanzarote Nº 6.
En un solemne acto celebrado el 1 de Octubre de 1.902, D. Manuel Miranda, cura de la parroquia de San Ginés de Arrecife, asistiendo por el coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Teguise, D. Antonio Gil Santana, llevó a cabo la bendición y colocación de las catorces sagradas estaciones de la ermita; tenía entonces Soo 356 habitantes.
Muchas de las leyendas, y algunos yacimientos, nos recuerdan las tradiciones, de la población morisca que en el siglo XVI y XVII fue obligada a vivir en esta zona y cuya influencia quedó reflejada en los nombres de algunos lugares como el Revolcadero de las brujas o el Bailadero de las brujas.
El correo llevado en burros a través del jable, tenía una gran importancia sobre todo por la situación geográfica del pueblo, uno de los más alejados de la capital del municipio. En 1.917 se produce el nombramiento oficial del cartero de Soo en la persona de Genaro Alvarez de León.
En 1.923 le sustituye José Franco Morales Ayala y un año después concretamente el 8 de Febrero de 1.925 ocupa el cargo Sotero Martín Tejera, persona muy apreciada en el pueblo, pues no sólo ejercía su cargo de cartero, sino que además traía y llevaba toda clase de encargos, por lo que se considera toda una institución en el pueblo, que hace poco tiempo le dedicó una calle. A Sotero le sustituyó su hijo Julián Martín Machín que es el cartero actual de Soo.
Desde finales del siglo XIX, se impartían clases de instrucción primaria en Soo, estas tenían lugar en almacenes particulares que alquilaba el Ayuntamiento, si bien al principio eran los propios vecinos quienes corrían con los gastos.
Algunos datos sobre esta época fueron aportados, por el que fuera su maestro en 1.879 D. José Rodríguez.
En los primeros años del siglo XX, tuvo lugar el primer decreto que concedía una escuela mixta para Soo; el 24 de Agosto de 1.923 D. José Molina Orosa, médico, Doña Isabel Romero San Juan, inspectora de primera enseñanza y D. Juan Martín Armas, maestro albañil, realizaron la inspección del salón escuela, para su puesta en marcha. Cinco años más tarde ya eran 40 niños los que asistían a clase.
Los habitantes de Soo construyen uno de los primeros Centros Socio Culturales de Lanzarote que años más tarde el Ayuntamiento de Teguise lo moderniza con mejoras y ampliación de su estructura y lo incorpora al plan cultural desde 1.984. En la actualidad, su juventud, impulsada por el que fuera presidente del centro el joven Serapio Rojas, se va incorporando a toda clase de actividades culturales, dejando oír su voz a través de las barreras naturales de montañas y jable que durante tantos años la separaron del resto de la isla. Soo cuenta con 507 habitantes en la actualidad.