Por Francisco Hernández Delgado
El pueblo de Soo, ha resistido durante años el aislamiento que ha sufrido. Ha luchado contra la sequía y contra el viento, no ha querido nunca abandonar las casas que fueron cuna de sus antepasados, ha cultivado primero las fértiles vegas de la zona, y después de las erupciones volcánicas trabajó sobre la arena y volcán que sepultó el antiguo asentamiento y la propia ermita.
Construyó uno de los primeros Centros Socio Culturales de Lanzarote, que el Ayuntamiento de Teguise incorpora en 1984 a la red de centros culturales del municipio beneficiándose de los distintos planes culturales que lleva a cabo cada año.
Sus jóvenes se han integrado en la actividad cultural de la isla y son numerosos los estudiantes salidos de este pueblo que ocupan puestos de trabajo dentro y fuera de la isla.
Su voz ha roto las barreras naturales, montañas y jable que durante tantos años lo separó del resto de los pueblos de Lanzarote.
Don Sebastián Sosa dedicó al pueblo de Soo los siguientes versos:
Soo, Soo, de secreto
tiene su solo atrapado
y roza quejas al viento
que le huye desolado.
Soo, tiene sus conjuros
y aquelarres aflechados
y lanza sus viejos conjuros
por llanos espantapájaros.
Soo, en alto, en su llanura
Soo, en bajo, viento abajo,
Soo con su cruz y alma
se me muere de costado
con melones y sandías
y un pastor amedrentado.