Tiagua

Por Francisco Hernández Delgado
Fuente: Lancelot nº 49, 28-11-1992tiagua

El pueblo de Tiagua está situado en la parte central de la isla de Lanzarote.
La cercanía de los importantes poblados aborígenes y los yacimientos arqueológicos de la Cueva del Majo, Camino de la Peña, Buenavista, y los de Bebedero y Fiquinineo, demuestran el origen de este pueblo, aunque su ubicación primitiva estaría cerca de la zona de Fiquinineo.
Las tormentas de jable por un lado y las erupciones volcánicas de Teaguia o Tehuya (Torriani da este nombre a la zona de Tiagua) hicieron que algunas poblaciones tuvieran que abandonar los primitivos asentamientos.

Sobre la erupción volcánica de Tehuya en 1 585, descrita por Leonardo Torriani (ingeniero cremoñés al servicio del rey Felipe II y que se encontraba en La Palma al producirse la erupción), existe un manuscrito en la Biblioteca de la Universidad de Coimbra.
Cuenta la tradición que en el antiguo camino que iba desde la zona de Teguise a Muñique existían diversos pueblos y aljibes, que fueron sepultados por las arenas de jable.
Sobre los aspectos arqueológicos y etnológicos de la comarca del jable, se publicó en las «II Jornadas de Historia de Lanzarote y Fuerteventura» un trabajo de José de León Hernández, Miguel Robayna Fernández y Mª. Antonia Perera Betancort.
El papel desempeñado por el pueblo de Tiagua sobre medidas en el acotamiento de las arenas del jable aparece en numerosos manuscritos del archivo municipal de Teguise.
Otras variantes del topónimo Tiagua son Tiaga, Tiague, Tyaguha y Tiago, éste último es citado también por Torriani en 1590 como lugar conocido con este nombre por los naturales de la isla, y donde dice que vio pequeños ríos.
En Tiagua se encontraban las más fértiles huertas de la isla, eran conocidas como los graneros de Lanzarote. Uno de los hacendados que poseía huertas en Tiagua fue Hernán Peraza, el que fuera Alcalde Mayor de la isla, y que tan destacado papel tuvo en el socorro y ayuda al pueblo de Teguise, salvado aJABLElgunos edificios, registros y protocolos en la invasión de los berberiscos de 1618.
Hernán Perera fundó con su esposa María Franquis, en su hacienda de Tiagua, la ermita de Nª.Sra del Socorro en 1 612.
El eterno problema de la isla, el agua, también afectaba a los habitantes de Tiagua; poseían la llamada «Mareta Bendita», también conocida con el nombre de «Maramoya». También se beneficiaban del agua de «La Gran Mareta de Teguise».
En l 790, un grupo de vecinos propone que en vez de acudir a la limpieza de la Mareta de Teguise, sus jornales se debían de emplear en el arreglo del camino que va de Tiagua a la Poceta de Famara, que fue utilizado durante muchos años.
Las erupciones volcánicas de 1730 obligaron al desplazamiento de la población del Sur de la isla a otras zonas, entre ellas a Tiagua. Así se explica, según lo explica el «Compendio» anónimo de 1776, que de 106 vecinos con que contaba en 1724, pasó en 1772 a 204, y en 1776 a 270.
En 1816, al llevarse a cabo por parte del Ayuntamiento de Teguise el acotamiento de las dehesas del jable, se nombra en tercer lugar (después de San Bartolomé y Mozaga) un vigilante para Tiagua.
Desde 1785 a 1 850 Lanzarote vive el gran negocio de la Barrilla; Soo, Muñique, El Cuchillo y las tierras que rodean la ermita del Socorro son las zonas donde la preciada logra su mayor producción , u nido a la zona costera del norte de la isla. Los beneficios de la Barrilla cambian las costumbres de algunos ganaderos y agricultores que construyen grandes casonas y muchos trasladan su residencia a Teguise o Arrecife.
Dado el gran número de agricultores que se dedican al cultivo de la Barrilla en las tierras de Tiagua, se nombran cuatro celadores del pueblo para vigilarla: Marcial Betancort, Juan Gil, Juan López y Luis Acuña.
En 1824, Tiagua sufre las últimas erupciones volcánicas de la isla. Fue el 31l de julio de 1 824 cuando se produjo el primer brote de fuego y lava en las cercanías del cortijo que el Presbítero Don Luis Duarte tenía en Tiagua.
Son importantes los documentos que sobre la erupción volcánica escribieron varias personas, destacando el diario de D. Baltazar Perdomo, que fuera párroco de San Bartolomé, escrito en la Villa de Teguise.
Don Ginés de Castro y Álvarez, Alcalde Mayor de la isla, estuvo en todo momento trabajando en el auxilio y ayuda al vecindario de Tiagua, desde el inicio de las erupciones hasta finales de Octubre de dicho año en que cesaron las mismas.
En el Archivo Municipal de Teguise se encuentra copia de un manuscrito, recientemente adquirido, sobre la erupción de 1824, atribuida a D. Ginés de Castro y Álvarez. También en el archivo parroquial de Tinaja y Teguise existen documentas que tratan sobre estas erupciones.
Pero Tiagua vuelve a renacer una vez más, y sus campos son adaptados a las nuevas producciones agrícolas: la vid y los cereales.
Son varias las familias que habiendo nacido en Tiagua viven en otros pueblos, es el caso del presbítero Acuña y las familias Brito y Ferrer (comerciantes de barrilla) que en 1810 figuran como vecinos de Arrecife.
En cuanto a los oficios de los habitantes de Tiagua, existe un documento del año 1829 en el que aparece la siguiente relación:
43 Labradores
32 Jornaleros
1 Hilandera: María RodrígueztIAGUA-
1 Costurera: María Acuña
2 Hacendados
12 Pobres
La relación se refiere a los cabezas de familia de cada casa.
Dos años después de las erupciones y hasta 1835, Lanzarote produce unas 2.328fanegas de trigo y 5.333 de cebada, de acuerdo con el «Borrador de la Cosecha» de dicho período, y es Tiagua uno de los lugares donde la producción alcanza cantidades importantes, apareciendo como principales productores: D. Marcial Acuña, D. Ignacio Viñoly, el sargento D. Basilio Betancort, el Caballero-Regidor D. Juan Gil.
Tiagua contaba con «Cilla» propia, figurando como «cillero» de la misma en 1835, D. Nicolás Ramírez.
Parte de las propiedades que poseía el Marqués de la Quinta Roja en la isla fueron adquiridas por el Caballero Regidor D. Juan Gil en 1823, que compró las situadas en el centro de Tiagua y dedicadas al cultivo de la Barrilla.
Las tierras de la Vega de San Diego fueron compradas por D. Marcial Acuña en 1824.
D. José Rodríguez, que venía impartiendo clases a los niños de Tiagua en una casa particular, en 1832 solicita una escuela para el pueblo.
Los vecinos de Tiagua aportaban sus donativos para la conservación de la ermita, aunque sus fundadores crearon un patronato al que pertenecían las tierras situadas en «Mojón Prieto» y que en 1823 eran cultivados por D. Ignacio Viñoly. Estas tierras estaban gravadas con varias imposiciones de misas y aportaciones de sus producciones. Fue el 18 de julio de 1845 cuando, a petición de los vecinos de Tiagua, fueron levantadas las imposiciones, acto que estuvo a cargo del Licenciado y Catedrático de Sagrada Teología D. Domingo Mauricio Rolo.
Madoz señala en 1845 refiriéndose a Tiagua: «Antiguamente fue este pueblo uno de los mejores de la isla, pero en el día está reducido a u n corto vecindario, el cual más de la mitad está próximo a emigrar a Montevideo a causa de la escasez de sus cosechas, sin embargo de haberse distinguido por la abundancia de sus producciones y el valor personal de sus habitantes; tiene unas 315 almas».
En el Repartimiento del Cupo de 1856 destacan en los primeros lugares los vecinos de Tiagua:
D. Manuel Betancort con 204 Reales.
D. Francisco García con 130 Reales.
D. Juan Gil con 74 Reales.
En 1860, Pedro de Olive reseña en su diccionario que Tiagua tiene 73 edificios de un piso y 2 de dos; y cuenta con 243 almas.
En 1887 la zona de Tao- Tiagua figura con 600 habitantes.
Es en 1898 cuando gracias a las aportaciones de los vecinos D. Sebastián Velázquez,
D. Amaro Riverol,
D. Víctor Cabrera,
D.Fco. González Brito y
D. Luis Beltrán Toribio, se puede restaurar la ermita de N .ª S.ª del Socorro.
El 1 de octubre de 1902 D. Manuel Miranda Naranjo, cura de la parroquia de San Ginés de Arrecife , a petición de los vecinos de Tiagua y de acuerdo cTiagua-ermitaon el Decreto de 25 de febrero de 1902 del Obispo Rvdo. D. José Cueto, y en presencia del Sr. Coadjutor de la parroquia de Guadalupe de Teguise, se llevó a cabo la colocación de las catorce Sagradas Estaciones de Vía Crucis en la ermita de Tiagua.
En 1843, D. Agustín Pérez, alcalde pedáneo de Tiagua, manifestaba el 16 de noviembre: «Que habiendo sido creada recientemente la parroquia de la «Virgen del Socorro y San Andrés» de este pago de Tiagua y el de Tao, y siendo unánime de los vecinos de esta aldea el contar con un cementerio pro- pio, enclavado en las afueras por la parte NO del pueblo, para evitar el traslado de los difuntos al cementerio de la Villa. Habiéndose comprometido los vecinos de esta aldea a aportar, por suscripción proporcional a sus medios, el capital necesario; pedimos su construcción».
Aparece como cura ecónomo de Tao-Tiagua el Presbítero D. José Pérez.
El 4 de febrero de 1971, el Presbítero D. Alejandro Álamo Suárez da a conocer la concesión para Tiagua de un Teleclub. Edificación que se llevaría a cabo años más tarde.
Hoy Tiagua es un pueblo alegre y trabajador, ilusionado con el presente y futuro de sus hijos; orgulloso del cortijo «El Patio» cuyos actuales dueñas han sabido cuidar y convertirlo en un verdadero museo donde se recogen las tradiciones y costumbres de la isla.

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